Pequeñas ficciones de la Contabilidad Nacional
La Contabilidad Nacional elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) asegura que España esquiva la recesión, de momento, con un crecimiento, atención, del 0,00865389477% en el tercer trimestre sobre el segundo.
Hemos producido los españoles, por tanto, unos 20 millones de euros, peseta arriba, peseta abajo. Ulteriores revisiones de las cuentas nacionales podrían cambiar de signo al 0,0 y meter la actividad en descenso, pero eso no ocurrirá hasta próximos trimestres.
Pero es muy llamativo el comportamiento ciertamente contradictorio que tienen algunas de las variables, tanto básicas como secundarias, de la Contabilidad en este trimestre, que bien podrían estar condicionadas por un cambio súbito de rumbo de la actividad, que pasa de un crecimiento, escaso pero crecimiento, a un estancamiento o caída. Algunas evoluciones son poco coherentes con algunas de sus propias consecuencias.
Los datos que había adelantado tanto la Encuesta de Población Activa como el registro de afiliados cotizantes de la Seguridad Social, con descensos en la ocupación interanual del 1,7%, habían prevenido sobre la posibilidad cierta de una recesión de la producción. Pero la Contabilidad va más allá en el carácter contractivo de la ocupación, que descendería en un 1,9% en los últimos doce meses, y un 1,8% si nos atenemos solo a los asalariados. Tradicionalmente este descenso del empleo sólo es coherente con caídas de la producción, pues la elasticidad del empleo no suele abrir una horquilla de más de 1,3 o 1,4 puntos sobre el marchamo del PIB.
Pero llama más la atención si se tiene en cuenta que la economía española lleva ya casi cuatro años caminando sobre la recesión y el estancamiento, y ha hecho una corrección del empleo muy abultada. Las plantillas de las empresas están muy exprimidas, la productividad muy forzada, y casi no queda grasa que quemar, por decirlo gráficamente. Por tanto, de ser cierto el comportamiento del empleo que dice el INE, otras variables previas, la producción agregada especialmente, tendrían que estar registrando descensos.
Estadística asegura también que el consumo se ha comportando mejor que en el trimestre precedente, con un avance del 0,4%, cuando precisamente el fenómeno más activamente contractivo sobre el consumo es el empleo, especialmente el empleo del cabeza de familia, que en el tercer trimestre avanzó notablemente. Hay que recordar también que las propias cuentas de la economía dicen que la remuneración de los asalariados ha descendido un 1,2% en el tercer trimestre, con un avance unitario del 0,6%, muy inferior al que contabiliza la negociación colectiva.
Se aprecian ciertas incoherencias en los movimientos generados por los componentes de la demanda y los de la oferta. Así, mientras que el consumo público registra un ajuste notable (del 1,1% en el trimestre sobre el segundo trimestre y del 2,3% en tasa interanual), y que lastra bastante la demanda interna de consumo, curiosamente en la oferta se produce un avance importante en la generación de servicios básicamente de carácter público, sobre todo los ligados a la sanidad y la educación. (Por cierto, la Contabilidad Nacional desmiente otra vez al Gobierno en su argumentación de que el empleo cae por el ajuste de la sanidad y la educación en las comunidades autónomas: es la única partida donde el INE registra avance del empleo, mientras registra fuertes correcciones en el resto de actividades, únicamente amparadas por la productividad).
Por lo que se refiere a la inversión, sube de forma notable en los bienes de equipo, con un 2,3% en el trimestre, mientras que la producción de la industria manufacturera cae un 1,1% y un 0.8% la industria agregada. Además, Estadística destaca un fuerte tirón de las exportaciones (entendemos que lo lógico es que sea de bienes), mientras desciende la producción industrial, lo que significa que los estocajes habrían sustentado la actividad comercial en el exterior.
Hay más comportamiento que son alarmas claras de recesión, como el ajuste registrado en los impuestos ligados a la producción e importaciones, y que varían de los ofrecidos por la administración Tributaria y la Intervención General del Estado.