Foxá no logra vender los hoteles comprometidos con la banca
El grupo Foxá, con hoteles en Madrid y Valladolid, ha incumplido los plazos de venta de activos acordados con la banca acreedora. La compañía tenía que haber vendido hoteles por 95 millones.
El grupo hotelero Foxá otorgó a finales de 2009 mandato de venta de activos a la consultora Aguirre Newman. La compañía debía seguir un plan de desinversiones para cumplir con las condiciones de refinanciación de deuda acordadas con los 13 bancos acreedores con los que negoció, entre febrero y octubre de 2009.
Foxá, que terminó ese ejercicio con una deuda con entidades de crédito de 163,5 millones, se comprometió con la banca en ese acuerdo de refinanciación a vender activos por valor de 95 millones hasta octubre de 2011.
La empresa no ha logrado culminar los procesos de venta de activos en el plazo previsto, según fuentes del sector consultadas. Fuentes oficiales de la sociedad declinaron hacer comentario alguno sobre su situación. Aguirre Newman tampoco quiso hacer comentarios.
De acuerdo a las últimas cuentas presentadas en el Registro Mercantil por Foxá, del año 2009, entre las obligaciones ligadas al acuerdo de refinanciación se encontraban: la venta de activos en 18 meses desde la firma del acuerdo de refinanciación (hasta el 30 de abril de 2011) por 40 millones de euros; en los seis meses siguientes, hasta el 30 de octubre de este año, venta de activos por 55 millones de euros; y nueva venta de activos por otros 55 millones teniendo de plazo hasta el 30 de abril de 2012.
El acuerdo de refinanciación entre la banca acreedora y el grupo hotelero contemplaba que se aceptarían ofertas "por al menos" el 80% del valor de tasación de los inmuebles. "El precio mínimo de venta de cada activo será el de la deuda afecta al activo en cuestión", añadía la compañía en sus cuentas de 2009, en caso de que agotado el plazo no se hubiera podido concretar la venta.
Venta de Serrano 240
Esas condiciones de refinanciación no se aplicarían a la venta de Serrano 240 cuyo precio mínimo debía ser de 25,5 millones, según explica Foxá en sus cuentas de 2009. El grupo logró vender el inmueble a principios de este año.
La operación fue comunicada el pasado mes de febrero, aunque no se ofreció el precio de la venta. El comprador fue Continental Property Investment (CPI), la sociedad de inversión inmobiliaria del empresario británico de origen libanés Boutros El Khoury.
Foxá se constituyó en Madrid en 1965 bajo la denominación de Trome. Según informa en su página de internet, está constituido por 11 empresas y cuenta con una plantilla de 520 personas. Además de la actividad hotelera la compañía participa en la promoción inmobiliaria, la industria agroalimentaria, alquiler de inmuebles, gestión de centros deportivos y residencias de mayores.
El grupo posee hoteles de cuatro estrellas, dos en la calle Agustín de Foxá de Madrid; uno en la calle Serrano Galvache y otro en Tres Cantos. Foxá tiene otro hotel en Valladolid de cuatro estrellas y uno de tres estrellas en Tielmes de Tajuña (Madrid), donde también gestiona un balneario. Foxá administra además los centros deportivos Príncipe Sports; las bodegas Tagonius y comercializa artículos de belleza relacionados con el balneario que gestiona.
Las cifras
25,5 millones es el precio, según las cuentas de Foxá, por el que tenía que vender el inmueble de la calle Serrano, número 240. En febrero lo adquirió el empresario Boutros El Khoury.163,5 millones de euros era la deuda con entidades de crédito de Foxá al término de 2009.12,7 millones perdió el grupo en 2009.
Una auditoría plena de incertidumbres
La consultora Morison advierte en su informe de auditoría del ejercicio 2009 del grupo Foxá que no puede expresar una opinión sobre las cuentas anuales debido a la "gran importancia de las incertidumbres descritas".El mantenimiento de saldos deudores con empresas del grupo y vinculadas por importe de 29,2 millones en concepto de préstamos y por importe de 25,4 millones en concepto de saldo por cuenta corriente es una de las incertidumbres marcadas (el auditor considera que existe "un elevado grado de incertidumbre en la recuperabilidad" de dichos saldos).Además, llama la atención sobre el hecho de que la información "que recoge el modelo de impuesto de sociedades del ejercicio 2009 presentado ante la Agencia Tributaria no se corresponde con la información contenida en las cuentas anuales auditadas, presentando una diferencia de 5,4 millones de euros".Por esa circunstancia podrían derivarse contingencias fiscales por 573.000 euros, según estima la consultora, "y para las cuales tampoco existe provisión alguna en el balance".El auditor señala que la compañía recoge en el epígrafe de existencias de su activo corriente "existencias de mobiliario y artículos de decoración por importe de 5,9 millones sobre los que no ha sido posible efectuar un recuento físico y tampoco hemos podido obtener evidencia por métodos alternativos".Indica además que el 20 de julio de 2010 la Agencia Tributaria emitió actas de inspección en las que reclama 1,3 millones que Foxá no provisiona en su balance a 31 de diciembre de 2009. Del importe de las actas 1,1 millones corresponden a un sanción por ser la base imponible negativa declarada en el impuesto de sociedades de 2008 diferente de la base imponible negativa real.