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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La UE apuesta por el control preventivo

Los ministros de Economía de la Unión Europea dieron ayer su respaldo definitivo al nuevo Pacto de Estabilidad, que endurece las sanciones para aquellos Estados que incumplan los objetivos de déficit y deuda. La reunión del Ecofin incluyó también la aprobación de un flamante instrumento de control para corregir los desequilibrios macroeconómicos de los países miembros. Se trata de un nuevo mecanismo que incluye 10 indicadores, entre los que figuran el déficit por cuenta corriente, el endeudamiento privado o la tasa de desempleo. El acuerdo de los Veintisiete permite la imposición de multas de hasta el 0,1% del PIB para aquellos países que desoigan las advertencias y recomendaciones macroeconómicas de Bruselas y se resistan numantinamente a adoptar las medidas necesarias para mejorar su situación.

La nueva disciplina correctora aprobada por el Ecofin coloca a España en una situación muy poco halagüeña, ya que, a día de hoy, la economía española suspende parte del decálogo de variables a supervisar. La UE parece haber aprendido la lección de que sancionar a un país al borde del desastre no constituye una receta que proporcione buenos resultados, por lo que ha preferido poner el acento en la prevención y advertir al paciente del riesgo que corre antes de que la enfermedad se desarrolle en toda su virulencia. Por ello, y pese a que a primera vista el incumplimiento más flagrante de España radica en su insostenible tasa de paro, la nueva normativa pondrá su acento en el control de otras variables, como la balanza por cuenta corriente, la evolución de los costes laborales unitarios o la deuda y el crédito en el sector privado. En todos ellos, la economía española ha tenido o tiene inquietantes señales de alarma.

Pese al optimismo manifestado ayer por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, sobre los frutos de las reformas emprendidas por el Ejecutivo, todo apunta a que -salvo un vuelco imprevisible- España no estará en condiciones de superar por completo el primero de los exámenes de vigilancia, previsto para el primer semestre del año 2012. A ese diagnóstico se suma el oscuro escenario dibujado por un buen número de expertos en materia económica. Los análisis auguran tasas negativas en el PIB durante el último trimestre del año y advierten de que hasta finales de 2012 no se creará empleo. Se trata de un crudo panorama que colocará al Gobierno que salga de las urnas el 20-N ante una doble reto: enfrentarse a una crisis que requiere severos y necesarios sacrificios para cumplir la pauta que marca Bruselas y preparar la economía española para salir de la crisis con un modelo de crecimiento saneado y sostenible. De no ser así, se podría dar la paradoja de que España fuera multada por la UE en tiempos de bonanza y no de crisis.

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