La UE aprueba el control de los desequilibrios económicos
La Unión Europea dio ayer el visto bueno definitivo al nuevo Pacto de Estabilidad, que endurece las sanciones por déficit y deuda. Y aprobó al mismo tiempo un nuevo mecanismo de control para corregir desequilibrios macroeconómicos (déficit por cuenta corriente, endeudamiento privado excesivo o tasa de paro) que coloca a España en el punto de mira de sus 10 indicadores.
Tal vez ayer comenzó la segunda década del euro en cuanto a la vigilancia presupuestaria y, sobre todo, en cuanto al control de los desequilibrios macroeconómicos. Y si desde 1999 España superó con creces los rudimentarios sistemas de control (centrados en el balance del presupuesto público), a partir de ahora deberá esmerarse bastante para respetar un mecanismo algo más sofisticado que pretende evitar la incubación de desequilibrios tan graves como las burbujas inmobiliarias o la explosión insostenible del crédito al sector privado.
Las nuevas normas aprobadas ayer por el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) no solo introducen nuevas sanciones en el Pacto de Estabilidad tradicional (por superar el 3% de déficit o el 60% de deuda) sino que también establecen multas de hasta el 0,1% del PIB para los países que se nieguen a seguir las recomendaciones macroeconómicas de la Unión.
Bruselas se dota así, por primera vez, de un mecanismo ideado para detectar y corregir las pérdidas de competitividad persistentes que acumularon durante la primera década el euro países como Grecia, Portugal o España.
Ayer, de momento, los ministros avalaron os 10 indicadores propuestos por la Comisión Europea para detectar esos desequilibrios. Y a falta de los parámetros definitivos, se puede decir que España rebasa los límites provisionales planteados por la Comisión para algunos de esos indicadores.
La luz roja más evidente sería la relativa a la tasa de paro, que Bruselas pretende activar tan pronto como la media de los tres últimos ejercicios supere el 10%. España dobla ese porcentaje desde el comienzo de la crisis y no tiene visos de rebajarla sensiblemente a corto plazo.
Con todo, ese indicador no sería el más significativo para el sistema de alerta que pretende desarrollar la Comisión, porque se encendería en la parte baja del ciclo. Y el objetivo de la nuevas normas de control no es castigar los excesos a posteriori sino evitarlos antes de que se vuelvan peligrosos para toda la zona euro.
Por ese motivo, Bruselas concede especial importancia a indicadores como la balanza por cuenta corriente, la evolución de los costes laborales unitarios, el tipo de cambio real efectivo o la deuda y el crédito en el sector privado. Y en ese tablero de mando, España hubiera tenido casi todas las luces rojas encendidas hasta que estalló la crisis. Y muchas de ellas siguen parpadeando peligrosamente.
"Somos conscientes e que nuestra economía tiene desequilibrios que estamos corrigiendo de forma acelerada", reconoció ayer la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, al término del Ecofin. Salgado aseguró que "estamos mejorando en productividad, competitividad y costes laborales unitarios", y recordó que España se ofreció voluntaria para pasar el primer examen sobre desequilibrios realizado de manera experimental a principios de año. "Y el examinador fue Alemania", recalcó la ministra como prueba de que España afronta sin temor los nuevos exámenes.
La primera evaluación de verdad se hará durante el primer semestre de 2012, en el transcurso de la revisión e los planes presupuestarios de cada Gobierno para el siguiente ejercicio. Y a menos que se produzca un vuelco imprevisible en las cifras actuales, España incumplirá varios de los límites previstos por la Comisión.
En el caso de la deuda privada, Bruselas baraja como umbral de alerta el 160% del PIB, mientras que las empresas y los particulares españoles cerraron 2010 con unos números rojos equivalentes al 175,3%.
Los costes laborales unitarios todavía crecían el 5% en 2008 y 2009, frente a un límite previsto por la UE del 9%. Desde entonces se han moderado, pero desde el comienzo del euro aumentaron un 40% en España en relación con los de Alemania.
La crisis también ha frenado y revertido el alza en los precios de la vivienda (en tasas negativas desde 2009), una parámetro que Bruselas vigilará tan pronto como vuelvan a aumentar por encima del 6% anual.
La balanza por cuenta corriente también será objeto de un control especial si el déficit supera el 4%. España casi doblaba ese porcentaje hasta 2010, aunque se ha rebajado con la caída de la actividad y Salgado prevé que este año cierre en torno al 3%. José Manuel García-Margallo, eurodiputado del grupo Popular y vicepresidente d la Comisión de Economía del Parlamento Europeo, advertía ayer mismo que el déficit podría agravarse tan pronto como se recupere la producción, por la gran dependencia de la industria española de suministros importados.
España dio la batalla en ese indicador para que se vigile también el superávit, con el objetivo de poner a Alemania bajo la lupa. Las alarmas podrían saltar cuando el superávit supere el 6%, pero el Ecofin acordó que en ningún caso se podrá sancionar por ese motivo. En todos los otros indicadores, susceptibles para España, la sanción será posible siempre que un país se resista a acatar las instrucciones de Bruselas.
Lagarde pide más transparencia a la UE para atraer inversores
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde (foto) , abogó ayer por una mayor transparencia para que los inversores, especialmente de los países emergentes, acudan al rescate de la eurozona."Las reglas de funcionamiento y los principios operativos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) no están aún suficientemente claras para que muchos inversores decidan invertir", afirmó Lagarde durante su viaje oficial a Moscú, informa Efe.Con todo, la directora del organismo internacional aplaudió la decisión de los países de la Unión Europea de agilizar los procedimientos a la hora de determinar las pautas del FEEF.También señaló la importancia de que se clarifique la situación política en Grecia ya que el actual clima de incertidumbre dificulta la llega de ayudas. Lagarde, que llamó a la UE a redoblar sus esfuerzos para superar la crisis de la deuda soberana, sugirió ayer una posible revisión a la baja de las previsiones del crecimiento económico mundial para este año, que son del 4,5%.De hecho, Lagarde coincide con la mayoría de institutos de estudios en que se han incrementado los riesgos debido a una "colectiva crisis de confianza".
Las cifras
6% del PIB es el objetivo de déficit fijado por el Gobierno para este año. Y debe bajar al 3% en 2013.167% del PIB alcanza el volumen de deuda privada. La UE exige que no supere el 160%.