Coches públicos de marca
Nada hay mejor para cualquier marca, sea del sector que sea, que tener clientes de postín. Para las automovilísticas no iba a ser diferente. Se entiende, pues, que cualquier fabricante estaría encantado de apuntarse los coches de representación del Gobierno que, además de aumentar las ventas, sería un buen reclamo publicitario. Por eso, todas están pendientes del vehículo en el que montan los miembros del Ejecutivo, bien sea el presidente o sus ministros.
Casi todos los gobernantes eligen para tal fin coches nacionales; pasa en Francia, Alemania, Italia y antaño en Gran Bretaña. Por eso, desde Seat mantienen una campaña low profile defendiendo su españolidad y, por tanto, aspiran a entrar en los garajes de la Moncloa. Quizá con el nuevo Gobierno.