Tombolini fusiona comodidad con la máxima elegancia
La firma italiana abre en Madrid su primera tienda en territorio español.
La reactivación de la calle Serrano cuenta con un invitado de lujo. La firma italiana Tombolini acaba de abrir en el número 25 su primera tienda en España. La decisión forma parte de su estrategia de crear una red de establecimientos propios en los mercados donde considera que su marca tiene potencial de recorrido. Los productos de Tombolini, fabricados íntegramente en Italia y solo con tejidos producidos en este país, sientan como un guante. La presidenta de la compañía afirma que uno puede distinguir un Tombolini de un traje especialmente cuando lo lleva puesto. "Sientes que tienes diez años menos".
Su efecto rejuvenecedor tiene que ver, sin duda, con la originalidad de sus diseños (dominan los tonos sobrios, aunque pueden encontrarse piezas desde el gris brillante, burdeos y verdes), pero se plasma especialmente en la filosofía del producto. Eugenio Tombolini, el fundador de la firma y padre de la actual presidenta, siempre usaba traje, incluso durante sus vacaciones. "Esto representa la síntesis de nuestra estrategia. Queremos que nuestros clientes puedan llevar nuestros productos en todos los momentos de su vida, ya sea durante el trabajo, por la noche o en sus ratos de ocio", explica Fiorella Tombolini. Entre los tejidos, destacan el cachemir, la lana, la alpaca, el punto y los algodones egipcios. Sus prendas están dirigidas a un hombre urbano, dinámico y preocupado por la moda.
La compañía italiana cuenta con dos secciones bien diferenciadas en su tienda. Por un lado, sus elegantes prêt-à-porter, entre los que se incluye su línea Flying (con americanas extremadamente flexibles fabricadas en punto). Por otro, ubicada en la intimidad de la parte interior de la tienda, en un pequeño gabinete, está la gran seña de distinción de la firma: sus trajes de sastre hechos a medida, que componen la línea Regent. Los planes de Tombolini pasan por que los propios sastres de la firma en Italia, un equipo compuesto por 20 profesionales, atiendan los pedidos de trajes a medida de los cinco mercados europeos en los que Tombolini ha inaugurado tiendas propias (Rusia, Reino Unido, Alemania, Italia y España). Actualmente, sus ventas en España representan entre el 3% y el 4% de sus ingresos globales, que tiene previsto que se sitúen en los 30 millones de euros a finales de año. Sin embargo, su plan de desarrollo en este país prevé que las ventas supongan el 10% del volumen de negocio dentro de tres años.
Fundada en 1964 en la localidad de Urbisalia, donde sigue teniendo sus instalaciones principales, la empresa ha decidido recientemente centrar sus esfuerzos en potenciar su marca propia. Tombolini ha forjado un saber hacer en sastrería durante 40 años, en los que su negocio principal ha sido la venta con licencias de firmas de renombre como Cerrutti, Thierry Mugler o Gianfranco Ferré. El deseo de potenciar su propia marca le ha empujado también a abrir una flagship store (buque insignia de la compañía) en Milán.
La presidenta de Tombolini explica que la filosofía de la empresa consiste en poner a la venta un producto de "calidad, innovador y con una relación calidad/precio excelente". Insiste en que es en este tercer aspecto en el que reside la ventaja competitiva de la compañía. "Queremos hacer trajes que la gente pueda comprar. Nuestros precios son muy razonables en relación con la excelente calidad que tienen. Nos gusta decir que es un producto democrático y creemos que, en el futuro, el cliente solo estará dispuesto a pagar por este tipo de producto, no por nada más", indica Tombolini.