_
_
_
_

Y después de Papandreu, ¿qué?

A estas horas de la mañana parece que a Papandreu no le queda mucho tiempo al frente del Gobierno griego, lo que seguramente será un alivio para este estadounidense de nacimiento al que los indignados atenienses llaman "George". O bien la rebelión en el PASOK fuerza a Yorgos a dar marcha atrás o bien éste pierde la moción de confianza.

Muy bien, los mercados evitan otro momento Lehman Brothers (aunque quizá sea más correcto decir un momento AIG) y los ciudadanos griegos seguirán sufriendo la ira redentora de la austeridad germánica, los planes de ajuste no se cumplirán por el hundimiento del PIB. Y habrá nuevo ruido. Y, después, ¿qué?

Si el plan de rescate europeo suscitaba dudas hace una semana, cuando se aprobó, ahora su credibilidad es aún menor. Si acaso, Panadreu ha conseguido asustar al mundo; el IIF, asociación mundial que agrupa a los 450 mayores bancos del mundo, además de pedir al BCE que compre deuda en el mercado secundario, ha insistido en admitir la quita del 50%. Cabe recordar que el 26 de octubre la negociación de la quita griega se enredó hasta el punto que Charles Dallara, el señor del IIF que firma la carta, entró a la reunión de los líderes europeos. Por si a alguien le quedaba alguna duda de cómo funciona este mundo.

Aun asumiendo, y es mucho asumir, que el caso griego se puede dejar aparte, ¿qué pasa con Italia? Los tipos de interés de la deuda italiana a dos años están en el 5,5%. Los de un año, por encima del 4%. Estos tipos de interés serían dramáticos para España. Pero para un país con una deuda del 120%, son insostenibles. Italia puede aguantar; no necesita dinero como Grecia y tiene, aun caro, acceso a los mercados. Pero no puede aguantar así un 2012 en el que debe refinanciar 300.000 millones de euros.

Grecia podía, aún puede, generar un 'momento AIG' a través de los CDS y garantías por 29.000 millones emitidos por entidades de EE UU, o por las deudas privadas de 30.000 millones en manos de bancos galos. Pero Italia es otra cosa. Los mercados han demostrado que su fe en la receta de austeridad para todo es bastante limitada.

La pelota está, pues donde estaba la semana pasada. Donde ha estado desde el inicio de la crisis. En el BCE. Juntar dinero público para combatir a los mercados que atacan la deuda italiana es complicado desde el punto de vista financiero y explosivo desde el político. Imprimir billetes es fácil, pero ni parte del BCE ni parte de la UE quieren. Pero, a medida que pasan las semanas, la medicina se prueba más y más ineficaz, y la infección se extiende más y más.

Archivado En

_
_