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4.500 parados al día en octubre

Números de recesión en el empleo

Es de gravedad extrema que el número de personas que se han inscrito como demandantes de empleo en las oficinas públicas en octubre haya crecido en 4.500 cada día.

Pero lo que de verdad debe preocupar a todos cuantos tienen alguna responsabilidad en el desempeño del mercado de trabajo es que la ocupación ha entrado en una tendencia de recesión prolongada, desconocida desde hace 18 meses, y que precisa medidas de choque para superarla.

Un ojo a los datos de afiliación a la Seguridad Social revela que hemos dado un paso atrás muy importante en los cinco últimos meses. De haber mantenido el ritmo de recuperación que el empleo llevaba en la primera parte del año, ahora podríamos estar en el punto de equilibrio (ni creación ni destrucción). Pero la tendencia descendente de la tasa de destrucción interanual de empleo se quebró en junio, y ya en octubre se acerca de nuevo al 2% de caída de ocupados generales y está precisamente en esa tasa si se trata de asalariados por cuenta ajena.

Lógicamente no todo el comportamiento en materia de empleo es imputable al mal desempeño de la economía española, puesto que en ello ha tenido capital importancia el deterioro del escenario internacional. Pero la demanda interna española, que acapara tres cuartas parte de la fuerza del motor, lleva gripada tres años largos. Los números del desempleo de octubre, como los del tercer trimestre del año, son de recesión, y salvo cambios muy bruscos, las caídas se intensificarán en los próximos meses, seguramente hasta marzo o abril.

Hacer cuentas de hasta dónde puede llegar el desempleo es un ejercicio poco productivo, pero no descartemos los 5,5 millones de parados en EPA, y un descenso de los afiliados a la Seguridad Social por debajo de los diecisiete millones, casi tres millones menos que en el máximo cíclico de 2007. El crecimiento del tercer trimestre del año es de 0,0%, según el Banco de España, pero no se atreve a ponerle signo. Será Estadística quien lo haga, el día 11 de forma provisional, y el 16 de forma definitiva, y bien podría señalar el inicio de la segunda recesión cíclica, tras la iniciada en 2008. Se confirma así la temida W del perfil del crecimiento. Peor sería abonarse a una L o a la silueta capilar de Simpson: altibajos sin dejar el estancamiento.

Hasta el señor ministro de Trabajo admite que tardaremos más en salir de la crisis al analizar estos datos que, por otra parte, son récord de parados y ha tenido la desgracia de explicar desde su cargo. Más allá de en qué sectores ha descendido el empleo, de su carácter coyuntural o de quién es el culpable de esto, llama la atención la fuerte destrucción de empresas, de todos los tamaños y sectores, que es el mejor ejemplo del carácter horizontal de la crisis.

Pero hay que llamar la atención sobre el deterioro que ha alcanzado el mercado de trabajo en estos años. Llega ya a unos niveles que hacen muy poco sostenible el mecanismo de protección, tanto en materia de desempleo como de pensiones. La ratio de cotizantes por cada pensionista ha descendido hasta el 2,47, pero baja hasta el 2,14 si el cálculo se hace solo de cotizantes empleados con pensionistas. El colectivo de pasivos de jubilación supera ya los ocho millones, mientras que los ocupados se acercan a los 17, y donde 2,6 millones son desempleados cotizantes; por tanto, cotizantes eventuales con cargo al presupuesto público.

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