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La prima de riesgo alcanza los 455 puntos

Papandreu coloca a una inestable Italia al borde del abismo

La posibilidad de que Grecia vete el plan de rescate europeo ha reactivado el dominó de la crisis soberana, donde la siguiente pieza es Italia. El plan de ajuste prometido por el inestable Gobierno de Berlusconi no contuvo la presión. La prima de riesgo italiana se disparó a 455 puntos básicos y la Bolsa de Milán cayó el 6,80%.

Pese al catolicismo imperante en Italia, el día de todos los santos se celebró ayer al estilo Halloween. La posibilidad de que el pueblo griego tumbe en referéndum el plan de rescate que debe solventar "definitivamente" la crisis soberana reactivó el pánico y devolvió a Italia al centro de la diana de los mercados. El perfil de insolvencia del país alcanzó niveles que con otros Estados ha derivado en una intervención europea. El problema es que la tercera economía de la eurozona es demasiado grande para ser rescatada. Si Grecia puede salir del euro, Italia amenaza con llevárselo por delante.

Roma tiene, además, todos los frentes abiertos. El ambicioso plan de ajuste que Bruselas le exigió la semana pasada -incluye retrasar la edad de jubilación de 65 a 67 años, facilitar el despido, recortar el número de funcionarios y vender activos públicos por valor de 5.000 millones de euros en tres meses- puso en jaque la frágil coalición de Gobierno que conforman la Liga Norte y el Pueblo de la Libertad, el partido de Silvio Berlusconi. Según publicó La Repubblica, el primer ministro habría ofrecido su dimisión -para enero- a cambio de la firma de sus socios. Pero la tregua se esfumó ayer cuando la prima de riesgo italiana llegó a alcanzar los 455 puntos básicos. Cerró en 442.

Ni siquiera la compra de bonos que activó el BCE logró contener el incendio. El diferencial entre el interés que paga Italia por endeudarse (en máximos, al 6,19%) frente al que da Alemania (cerca de mínimos, en 1,77%) mide el perfil de insolvencia de un país. Irlanda o Portugal ya cayeron con primas de riesgo similares, tras unas pocas semanas por encima del 7% de interés. Un sobrecoste desorbitado para un país del peso de Italia que llega, además, en el peor de los momentos. Roma debe hacer frente a 600.000 millones de euros en vencimientos de deuda en tres años, la mitad del total solo en 2012. Semejante escenario tumbó en Bolsa a la banca transalpina, que acumula 164.000 millones de euros de deuda patria en balance, e hizo caer un 6,80% a la Bolsa de Milán.

Con la oposición en bloque clamando por su dimisión, Berlusconi aseguró que la reunión del G-20, que comienza mañana en Cannes, solucionará la debacle desatada ante el posible referéndum griego. Hasta entonces, habrá que ver qué tinte cobra hoy el día de los difuntos.

Una caída que se llevaría al euro por delante

El propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, admitió el jueves pasado que la caída de Italia supondría el fin del euro. Todo un espaldarazo al compromiso de la Unión Europea con el país transalpino. Las buenas intenciones demostradas por los socios comunitarios la semana pasada, sin embargo, no han bastado para blindar la moneda común. Año y medio después de que el primer rescate griego marcara el estallido de la crisis soberana, la hipotética caída de Italia -solvente pero con un enorme problema de liquidez y de inestabilidad política- sorprendería a la UE sin haber fortalecido el fondo de rescate. Un instrumento, aun así, que estaría lejos de poder soportar la caída de un gigante como Italia.

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