El PP medita si aplazar o no los nuevos ajustes hasta las andaluzas
El Partido Popular se encuentra en estos momentos con un importante dilema. Consciente de su victoria, más o menos aplastante en las próximas elecciones del 20 de noviembre, el equipo de técnicos de los populares se ha puesto a trabajar con posibles escenarios presupuestarios para 2012. En todos ellos se enmarca la necesidad de realizar nuevos ajustes del gasto público si se quiere conseguir la reducción del déficit fiscal para este año y el que viene, al que se ha comprometido España ante Bruselas.
Una mayoría de miembros del comité ejecutivo del PP se muestra partidario de aplazar los ajustes hasta el mes de marzo, justo después de las previsibles elecciones autonómicas en Andalucía, según reconocen fuentes del partido. Y es que hay temor por que el futuro anuncio de recortes de Madrid contagie la campaña electoral andaluza y complique la posible victoria de Javier Arenas, que de producirse sería la primera del PP en la comunidad autónoma. Otra parte del comité del partido, de momento minoritaria, se decanta por un ajuste rápido y ejemplificador, en diciembre, en el primer Consejo de Ministros nada más ocupar Mariano Rajoy La Moncloa.
Pese a que esta corriente del recorte rápido es minoritaria, en los últimos días ha ganado adeptos, a medida que se conocen nuevos datos sobre las maltrechas cuentas públicas de las comunidades autónomas. Además, el PP está muy pendiente de los mensajes de los líderes europeos a España. Hoy por hoy, cualquier nuevo Gobierno, del signo que sea, no resistiría la presión de la canciller Angela Merkel para que se iniciara un ajuste urgente adicional para asegurar que el déficit acabe este año en el 6% del PIB comprometido. De momento, el mensaje de Europa de que se necesitan mayores recortes solo se ha enviado a Italia. España permanece en una especie de purgatorio, a la espera de nuevas decisiones. Visto lo visto, el dilema está servido. O se contraría y se crispa a Merkel o se corre el riesgo de perder Andalucía.