Acuerdo final: quita del 50% a Grecia y refuerzo del fondo de rescate
Los líderes europeos han logrado esta madrugada sacar adelante su plan para salvar la moneda única, al pactar una quita del 50% de la deuda griega, dotar al fondo de rescate con un billón de euros, y recapitalizar la banca.
Pese a que durante las últimas jornadas cundía el pesimismo sobre los resultados de la cumbre europea, los líderes han conseguido pactar las tres patas principales para contener la marea de desconfianza. Los tenedores de deuda griega sufrirán una quita del 50%, la banca se recapitalizará con 100.000 millones para tener un mayor colochón anticrisis y el fondo de rescate se apalancará para tener una capacidad operativa de un billón de euros.
"Hacen falta más acciones para restaurar la confianza", aseguraban los líderes europeos tras concluir una reunión de más de siete horas. Finalmente, el acuerdo se forjó esta madrugada del jueves, en Bruselas, entre los representantes de la banca acreedora y los líderes de la zona euro, comandados por la alemana Angela Merkel y el francés Nicolás Sarkozy.
El punto más conflicto era lograr que los bancos aceptarán una quita de 100.000 millones de euros de la deuda, porque de no lograrse un pacto voluntario, el probable impago de Grecia hubiera desencadenado una reacción de contagio en la zona euro de proporciones desconocidas, según advirtieron los analistas en las últimas horas. Pero a las 4.30 hora local en Bruselas (2.30 GMT) compareció el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, para informar del acuerdo.
"Hoy, los miembros de la zona euro hemos dado un gran paso. Son medidas excepcionales, para tiempos excepcionales", indicó el político portugués, satisfecho de que tras las diferencias y divisiones de las últimas semanas, la Unión Europea será capaz de presentar ante la cumbre del G20 que se celebra el 3 y 4 de noviembre en Cannes su hoja de ruta para salir de la crisis. La hoja de ruta consta de tres brazos entrelazados entre sí, ideados para restaurar la confianza en los mercados y evitar el contagio de la crisis a otros países de la zona euro.
El primero de ellos es la aprobación de un segundo paquete de rescate a Grecia, que estará dotado de 130.000 millones de euros, y que lleva aparejado una quita del 50% de la deuda que mantiene con la banca privada. Para forjar el acuerdo, en una iniciativa poco habitual, los líderes desplazaron hasta Bruselas al director del Instituto de Finanzas Internacionales -la asociación de bancos más poderosa del mundo- Charles Dallara, a quien sentaron a negociar con Merkel, Sarkozy, la directora del FMI, Christine Lagarde, y el del Consejo Europeo.
Este pacto supone también la aportación de ciertas garantías por parte de los países de la Unión (valoradas en 30.000 millones de euros) para que los bancos acepten el canje. El volumen del paquete de ayuda que irá destinada a Grecia, por otra parte, crecerá de los 109.000 millones pactados en julio hasta los 130.000.
La clave de este punto del acuerdo es la respuesta de los tenedores de bonos giregos. Charles Dallara confirmó que los bancos por él representados están comprometidos con el acuerdo. "El IIF acuerda trabajar con Grecia, las autoridades europeas y el FMI para desarrollar un acuerdo voluntario sobre la base de un descuento del 50% sobre el nominal de la deuda griega y el apoyo oficial de 30.000 milolones de eruos", explicó el IIF.
A partir de ahora habrá que concretar los términos y condiciones del acuerdo. "La estructura tendrá que estar basada en unos términos que aseguren una pérdida para los inversores consistente con un acuerdo voluntario", agrega el IIF. La voluntariedad del acuerdo sería necesaria para que no se activasen los mecanismos de seguro de crédito, generando potenciales pérdidas en las entidades que operan en este mercado.
El segundo es la reconfiguración del actual Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), un instrumento dotado con 440.000 millones de euros, pero que hasta ahora ha demostrado poca efectividad para resolver la crisis. Tras las ayudas a Grecia, Irlanda y Portugal, el fondo tiene una capacidad de entre 250.000 y 275.000 millones de euros. Esta capacidad operativa se puede multiplicar utilizando el fondo para asegurar una parte de las colocaciones de países periféricos, como España e Italia. También aumentará su potencia a través de un vehículo de inversión que podrá apalancarse. Dicho vehículo podrá captar financiación pública y privada, una forma de citar la voluntad europea de que tanto el FMI como países como China aporten dinero.
"El apalancamiento llegará hasta el billón de euros bajo ciertos supuestos de condiciones de mercado y respuesta de los inversores a las políticas", explicó el presidente del consejo europeo Herman van Rompuy. "No hay nada secreto es este diseño; no es fácil de explicar pero vamos a hacer más con nuestro dinero. Los bancos lo han hecho durante siglos, ha sido su negocio", añadió.
El último punto es el de la recapitalización de la banca europea, a la que se pide que se dote de unas espaldas más anchas para soportar el impacto de la crisis griega sin peligro de desmoronarse.
La UE obligará a los 70 mayores bancos europeos a alcanzar antes de julio de 2012 un core capital -o capital de máxima calidad- del nueve por ciento, lo que le obligará a recabar recursos por importe de 106.000 millones de euros.
La peor parte se la llevan, después de los bancos griegos, los cinco grandes bancos españoles -Santander, BBVA, Popular, Caixabank y Bankia- en los que se ha detectado unas necesidades de capital de 26.000 millones de euros.
En general, los bancos que estén inmersos en procesos de recapitalización no podrán repartir beneficios vía dividendos o bonus para los empleados hasta que cumplan los objetivos requeridos.
En el comunicado final de la cumbre, los líderes de la eurozona tuvieron palabras de reconocimiento para las reformas que ha acometido España. "Damos la bienvenida a los importantes pasos que ha tomado España para reducir su déficit presupuestario, reestructurar su sector bancario y reformar el mercado laboral", asegura el comunicado conjunto de la cumbre. Pero el comunicado no se queda en las buenas palabras. "Implementar de forma estricta los ajustes presupuestarios es clave, incluído a nivel regional, para cumplir completamente los compromisos del pacto". La eurozona lanzó además una dura advertencia a España para que haga más para impulsar el crecimiento y poner freno al desempleo, que está en niveles "inaceptablemente" altos.