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Reino Unido se queda más solo que la una

Pues sí, a un país con uno de los servicios diplomáticos más prestigiosos del mundo pero que en Bruselas tiene cada vez más difícil acceder a los cenáculos de poder. El Foreign Office está pagando el empeño de los gobiernos británicos por mantenerse al margen del proceso de integración europeo, una tendencia que ha minado sensiblemente la capacidad de Londres para influir en la UE.

El primer ministro, David Cameron, ha agravado la situación al sacar a su formación política del Partido Popular Europeo, la organización que agrupa a los principales partidos conservadores del continente (muchos de ellos, en el poder en estos momentos). Fuentes del PPE comentan la frustración del actual ministro británico de Finanzas, George Osborne, al no poder asistir a las reuniones informales que sus homólogos conservadores celebran con creciente regularidad.

Mientras los tories se sientan en el Parlamento Europeo con un irrelevante grupo formado, sobre todo, por conservadores checos y polacos, Londres asiste con estupor e impotencia a la "huida hacia adelante" de los países del euro. La necesidad de garantizar la supervivencia de esa moneda ha alimentado el descaro de Berlín y París que se permiten ignorar la opinión del Reino Unido incluso en áreas tan sensibles para sus intereses como el sector financiero. La aprobación de un reglamento sobre hedge funds (fondos de alto riesgo) el año pasado (todavía con Gordon Brown como primer ministro) fue una advertencia. Como lo son los incipientes proyectos para establecer una tasa sobre las transacciones financieras o para armonizar el impuesto de sociedades.

Cameron está intentando montar una revuelta de los 10 socios de la UE que mantienen divisa propia. Pero su plan tiene pocos visos de prosperar porque la mayoría de esos países están destinados a ingresar tarde o temprano en el euro. Incluso Dinamarca, que como el Reino Unido no tiene obligación de adoptar la moneda única, parece dispuesta a renunciar a su excepción con el nuevo gobierno socialdemócrata.

Así que la imagen de todo un Representante permanente ante la UE (como se llama a los embajadores ante las instituciones comunitarias) vagando por la sala de prensa a la búsqueda de información de segunda mano quizá se convierta en habitual. Es lo que tiene dejarse aislar por la niebla euroescéptica.

Imagen: David Cameron a su llegada a Bruselas (26 de octubre) para asistir a una cumbre de la UE y perderse la siguiente de la zona euro (Archivo fotográfico del Consejo Europeo).

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