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Acuerdo con Loureda y Gayo

Del Rivero se blinda en Sacyr con un pacto de accionistas sobre el 27% del capital

El presidente de Sacyr, Luis del Rivero, ha reforzado su posición en la compañía y ha asumido el control sobre un 27% del capital tras sindicar sus acciones con José Manuel Loureda y Francisco Javier Gayo. Su objetivo es nombrar un nuevo consejero que les dé mayoría en el órgano de administración.

Luis del Rivero se dirige a sus accionistas, en la junta del mes de mayo, ante la mirada de sus consejeros
Luis del Rivero se dirige a sus accionistas, en la junta del mes de mayo, ante la mirada de sus consejerosPABLO MONGE

Luis del Rivero se ha hecho fuerte en Sacyr. El presidente de la constructora que está en pleno asalto para aumentar su influencia en Repsol ha duplicado su poder en la compañía, al sindicar sus acciones con dos de los principales socios de la empresa.

Ahora, del Rivero tendrá el control sobre el 26,95% del capital de Sacyr, tras sumar sus fuerzas con el 12,65% que tiene José Manuel Loureda a través de sus compañías y otro 1,71% que está manos de Francisco Javier Gayo, según un comunicado remitido por la compañía a la CNMV.

Con este movimiento, Del Rivero pasa al ataque y se intenta blindar en Sacyr, cuyo accionariado pasa por momentos convulsos por las divisiones que se han producido tras la alianza con la mexicana Pemex en la batalla por Repsol. A finales de septiembre, el enfrentamiento en Sacyr se hizo patente, después de que Demetrio Carceller (con un 15,7% del capital) y Juan Abelló (9,6%) pidieran que se adelantara la reunión del consejo del grupo y plantearan sus reticencias al pacto acordado con la petrolera mexicana, aduciendo falta de información. Al parecer, pretenden evitar una postura hostil de Sacyr en Repsol, para imponer una estrategia menos beligerante con la dirección de Brufau.

Del Rivero ha conseguido la adhesión inquebrantable de una parte muy relevante del capital, pero sin sobrepasar el 30% del capital que obligaría a lanzar una opa. De hecho, el presidente de Sacyr podría haber conseguido más capital para la sindicación, porque cuenta con más apoyos entre los accionistas. Pero es que el objetivo no es tanto tener el máximo capital posible, como lograr el suficiente para frenar al bloque disidente y, sobre todo, plantar batalla para conseguir un nuevo consejero.

¿Qué es un pacto de accionistas?

La sindicación de acciones es un acuerdo bastante natural en las sociedades por el que varios accionistas pactan por contrato unir sus porcentajes de capital para actuar y votar en el mismo sentido. Y el que se acaba de rubricar en Sacyr no es distinto. En el acuerdo remitido a la CNMV, los tres accionistas se comprometen "a actuar, tanto en los órganos de la sociedad como en el ejercicio de sus derechos de accionista, de conformidad con lo previsto en este contrato, comprometiéndose, en particular, a ejercer sus derechos de voto sindicado de forma unitaria en el sentido decidido conforme a lo establecido en este contrato".

En un pacto de este tipo todo está previsto, desde las reuniones a las fórmulas para resolver los desacuerdos. En Sacyr, por ejemplo, cualquiera de los tres accionistas del sindicato podrá pedir una reunión con sus socios para consensuar las posturas ante la junta, que tendrá lugar en Madrid "no más tarde del tercer día anterior al previsto para la celebración en primera convocatoria" de la asamblea general de accionistas "a fin de establecer de mutuo acuerdo el sentido en el que se ejercerán la totalidad de los derechos de voto sindicados". Si no se llega a un consenso sobre uno de los puntos del orden del día, todos los socios votarán en contra de la propuesta en cuestión.

Los pactos para reunirse antes de los consejos de administración y para decidir el sentido del voto son muy similares a los contemplados para las juntas.

Cuidado con la ley de opas

El lado peligroso de la sindicación de acciones es que los reguladores puedan interpretar que unos socios controlan la compañía desde una posición minoritaria y que por ello están obligados a lanzar una opa sobre el 100% del capital. De ahí el cuidado que ha tenido Del Rivero para no sobrepasar el 30% de capital, que es uno de los aspectos principales que regula la ley de opas y que obliga a lanzar una oferta por la totalidad si se supera este umbral.

Y es que los socios no tienen la más mínima intención de hacerlo y el pacto les cubre de cualquier despiste que pueda suceder en este sentido. La clave está en la cláusula 3.3, que establece que el contrato firmado entre los tres "quedará resuelto automática e inmediatamente y de pleno derecho" en caso de que las acciones en poder de los firmantes "representen en cualquier momento, directa o indirectamente, un porcentaje del total de los derechos de voto de Sacyr igual o superior al 30%".

Pero hay otro aspecto importante en la ley de opas que los socios de Sacyr están decididos a evitar. La norma dice claramente que también habrá que lanzar una oferta por el 100% si se controla más de la mitad del consejo de administración, así que Del Rivero, Loureda y Gayo han firmado en su acuerdo que intentarán lograr el máximo número de consejeros dominicales, pero sin llegar nunca a controlar más de la mitad del consejo.

¿Hasta cuándo estarán unidos?

Los pactos de accionistas se firman con la duración que quieran los socios. En este caso, se ha rubricado un plazo de un año que se prorrogará automáticamente en caso de que ninguno de los socios lo denuncie con una antelación mínima de dos meses antes de la expiración teórica.

¿Por qué este acuerdo?

El pacto de accionistas tiene el objetivo evidente de conseguir el máximo capital posible sin tener que lanzar una opa y plantar cara con él al bloque formado por Carceller y Abelló, que cuentan con el 25,3%. De ahí que Del Rivero y Loureda hayan sumado al pacto a Gayo, que dispone solo del 1,71%, pero que les permite superar a sus rivales.

Con la fuerza de un 26,95% del capital, ninguna otra alianza podrá superar este porcentaje, ya que el resto de los accionistas son varias cajas que pueden votar en un sentido u otro, pero que no parece que vayan a unir sus votos a los de Carceller por tratarse de dos bloques con intereses distintos. Es más, Del Rivero cuenta con otro aliado inestimable: Manuel Manrique, consejero delegado de la constructora, que tiene más del 6% del capital y que forma parte del grupo formado también por Del Rivero y Loureda que salió de Ferrovial para fundar Sacyr. Por supuesto, no se ha sumado al pacto porque con él se superaría el 30%, aunque votará, como hasta ahora, igual que sus antiguos compañeros de Ferrovial, porque una actuación así es perfectamente compatible con la ley.

Pero es que el objetivo de Del Rivero no es solo controlar la junta, sin el consejo. En estos momentos, el presidente de Sacyr ha estado perdiendo las votaciones por diez a nueve, pero acaba de dimitir un consejero de las cajas, lo que deja las fuerzas igualadas y con voto de calidad del presidente. En teoría, ese puesto es de Novacaixagalicia, pero la representación proporcional que han logrado los nuevos aliados del sindicato hace posible que este puesto recaiga en ellos, con lo que conseguirían la mayoría. Esa es ahora la batalla y todo apunta a que se librará en una junta extraordinaria de accionistas.

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