La pesada losa de la deuda autonómica
Las recientes rebajas de calificación de la deuda de España se originan fundamentalmente en la crisis de deuda europea. Así lo demuestra el hecho de que su impacto sobre la prima de riesgo y sobre los mercados bursátiles sea cada vez más blando. El problema es hoy más general de la UE que específico del socio español. Aun así, a los recortes al Reino de España les siguen invariablemente rebajas en los ratings de las comunidades autónomas. Sin embargo, en este caso el problema de la entidad más pequeña no se debe al de la mayor. Muy al contrario. Porque las serias dificultades de las cuentas autonómicas son responsabilidad de cada una y uno de los grandes agujeros que, con razón, observan las agencias de rating en la economía española.
Las autonomías tienen de aquí a fin de año vencimientos de deuda por más de 7.300 millones, la mitad de lo que deben abonar en todo el ejercicio. Con un endeudamiento insostenible, un déficit disparado y elevadas devoluciones pendientes, los fuertes recortes son la única medicina contra el despilfarro. Y tendrán que subir la dosis. Porque las rebajas de rating no solo encarecen la deuda, sino que cierran la puerta de la financiación. La deuda de España está asfixiada por una tenaza. De un lado, la crisis de deuda europea y de otro, las impresentables cuentas autonómicas. Es fácil de comprobar y lo saben las casas de rating, pero no hace sino cortar el oxígeno.