Retrato robot del perfecto ministro de Fomento
Aunque el sector de la construcción siempre ha dicho que el mejor ministro de Fomento es el titular que hay en cada momento, las empresas hacen ya sus quinielas con qué nombres, pero sobre todo qué perfiles serían más adecuados para tomar las riendas del legado que dejará José Blanco. El sector no quiere hablar de color político, "no da igual del partido político que sea, queremos que en el Ministerio recuperen su peso y tradicional poder los técnicos e ingenieros", aseguran desde una de las principales compañías de este negocio.
Las constructoras coinciden en que dadas las estrecheces presupuestarias que se avecinan, lo mejor es poner al frente de esta cartera a alguien que crea en la importancia de la inversión pública para generar actividad y empleo, pero a quien no le tiemble la mano a la hora de decidir qué obra debe hacerse y qué obra no. "Tendrá que abordar varios cambios normativos en los primeros días de su mandato, como dotar de un nuevo marco a la colaboración público privada, y resolver de una vez por todas asuntos espinosos como las autopistas en quiebra", aseguran en otra sociedad. También reclaman un recorte en el número de interlocutores válidos. "No es necesario tener por debajo del ministro o ministra a un secretario de Estado y una secretaria general, al menos uno de esos cargos sobra.
Es preferible devolver el poder que tuvieron años atrás los directores generales", proponen otras fuentes. Así pues, perfil más técnico que político y más cercano al mundo de la ingeniería que al de los economistas o gestores de los recursos públicos. Sobre si hay preferencias por que sea hombre o mujer, las fuentes consultadas callan: "necesitamos a los mejores en lo suyo, solo eso", añaden.