Huffington: "Es el momento de actuar, no de pedir a otros que otros actúen"
La mujer que ha revolucionado el periodismo gracias a Internet no responde al cliché de los gurús de la era tecnológica.
Esta escritora polifacética, nacida en Atenas en 1950 y profundamente involucrada en política desde su llegada a EE UU, ha mimetizado cual camaleón el estilo de vida norteamericano. Hasta el punto de parecer una perfecta dama estadounidense, de melena rubia, trato cercano y retórica entusiasta, solo delatada por su marcado acento griego.
Hoy es una de las 100 mujeres más poderosas del planeta y la periodista más influyente de EE UU, como recordó el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, ayer en la entrega de Premios Cinco Días a la Innovación Empresarial. "Es la primera que ha liderado la transición del periodismo clásico y tradicional hacia los nuevos medios de comunicación", tal y como la presentó, recomendando además la lectura de su último libro: Tercer Mundo América, de pronta traducción al español.
Huffington, por su parte, recordó que ayer tuvo lugar su primer encuentro presencial en el consejo editorial de El País, al que se incorporó el pasado mes de mayo. Participar en la ceremonia en el auditorio del Prado traía algo de simbólico, en su opinión. "El museo representa la riqueza de este país y combina lo mejor de las tradiciones con lo que es nuevo", refiriéndose a la sensibilidad hacia la innovación, que considera "una cualidad esencial".
La periodista asegura que la crisis ha de suponer un punto de inflexión para los medios. "Deben entender la forma en que los lectores están cambiando", advirtió. Huffington asume que, por un lado, los ingresos por publicidad y la difusión están cayendo. Pero por otro lado, cree que hay "una explosión de consumidores masivos que están descubriendo sus capacidades en internet, expresándose por sí mismas", explicó. "Antes veían las noticias sentados frente al televisor y ahora buscan en Wikipedia, publican entradas en un blog, etcétera".
El principal objetivo de los comunicadores, considera, es desarrollar la empatía y ganarse la confianza del público. "El periodismo es el arte de contar historias y que estas lleguen a los lectores", argumentó. El problema, dice, es que los medios clásicos no han innovado para adaptarse a las nuevas necesidades de la masa crítica. "Hay que implicar a los ciudadanos, ahora que tienen el poder de convertirse en testigos", reivindicó. "Solo si llegamos a esa mayoría podremos cambiar algo".
Edad de oro del periodismo
El resto, añade, "es confianza", algo donde las grandes marcas van a poder seguir manteniéndose. Mientras tanto, el periodismo podrá seguir ejerciendo su misión de servir a la sociedad con rigor y verosimilitud "mientras aplicamos nuevas incorporaciones". El secreto, nuevamente, radica en conectar con el público. "Para encontrar las soluciones innovadoras, tenemos que activar esa capacidad para la empatía y sabiduría", insistió.
Tras señalar que nos encontramos en tiempos de gran transición, donde el Zeitgeist o "espíritu de los tiempos" es una profunda sensación de cambio, Huffington no dudó en aventurar: "Vamos a vivir una verdadera edad de oro del periodismo". La influyente figura cree que ha llegado "el momento de actuar, no de pedir a otros que actúen". Y en el fondo de la cuestión, la buena noticia, según explica, es que "nunca tuvimos herramientas tan buenas y tantas oportunidades en todo el mundo". La adaptación al ritmo de las nuevas tecnologías, opina, nos permitirá "acercarnos al futuro y anticipar los problemas antes incluso de que sucedan".
Un modelo en rápida expansión
El diario digital The Huffington Post crece a una velocidad nunca vista en el difícil negocio de la prensa escrita. Nacido en mayo de 2005, internet le ha servido de incubadora a marchas forzadas y ya se siente preparado para enfrentarse a las hostilidades. Arianna puede sentirse orgullosa: en junio, la publicación bajo su nombre consiguió sobrepasar al New York Times como el diario online más leído de EE UU.Ahora la ambiciosa madre quiere que su criatura pruebe suerte en el extranjero. En mayo cruzó la frontera hacia Canadá, en julio se instaló en Reino Unido y hace una semana el prestigioso Le Monde acordó acogerle en Francia a partir de noviembre. Brasil, Italia, Turquía y España son sus destinos más próximos, y también pretende desembarcar en Alemania, Australia y Nueva Zelanda.La idea no es nueva, pero Huffington ha conseguido transmitirle su carisma. Su primera inmersión en la red de redes fue Resignation.com, una plataforma de campaña para pedir la dimisión de Bill Clinton. Tras un proyecto personalista, Ariannaonline.com, Huffington concibió junto a otros emprendedores un "agregador de noticias" enriquecido con artículos de personalidades de la cultura y la política y colaboraciones ciudadanas.El pasado febrero, Huffington vendió la cabecera a AOL por 315 millones de dólares. Para entonces ya hacía contenidos locales en Chicago, Nueva York, Denver y Los Ángeles. Su primera facturación en números negros llegó el año pasado, 31 millones de dólares que se han duplicado con la incorporación al gigante de los contenidos en internet. Huffington, hoy responsable de medios del grupo, ha heredado multitud de plataformas, como Patch, con cerca de 1.400 periodistas, que canalizan su apuesta por la información local.