¿Se puede patentar el vino?
Terras Gauda investiga con el CSIC variedades de uva casi en extinción y la crianza biológica sin oxígeno
Se puede mejorar el albariño? Aunque muchos enamorados de esta variedad de vino blanco gallego tendrían sus dudas a la hora de contestar, lo cierto es que sí, al igual que cualquier vino. Este es, en esencia, el argumento que ha potenciado la fuerte apuesta por la innovación hecha por la bodega Terras Gauda desde su nacimiento hace poco más de dos décadas.
El resultado no tiene desperdicio. Esta cava ha registrado dos patentes en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha desarrollado otros tantos proyectos de investigación con el objetivo de mejorar la calidad de sus caldos. Uno de sus últimos logros ha sido la recuperación de la uva autóctona de las Rías Baixas, caíño blanco, casi en peligro de extinción. Esta variedad, que solo existe en el valle de O Rosal y en algún punto del norte de Portugal, actualmente es objeto de un nuevo proyecto de I+D, también desarrollado con el CSIC.
De momento, la bodega ya ha conseguido recuperar 20 hectáreas de caíño blanco, el 95% de la superficie plantada en la Denominación de Origen Rías Baixas, y la previsión de la segunda añada de este nuevo vino, La Mar, único en España, es comercializar 20.000 botellas. El fin de este nuevo proyecto de investigación se centrará en conocer el potencial de la caíño desde un punto de vista científico, es decir, determinar el sistema idóneo de conducir la viña (espaldera, etc.), la poda ideal, el tiempo de maceración adecuado, así como la temperatura apropiada de fermentación, entre otras.
La bodega destina cada año el 7% de su facturación a I+D+i
Pero ¿qué se puede patentar en la producción de vino? La levadura fue el primer objetivo de esta cava (una de las pocas que cuenta con patentes en España) cuando se planteó dotar a sus caldos de una mayor singularidad y calidad. Y es que, según ha explicado Emilio Rodríguez, director técnico de Terras Gauda, evitar problemas en el proceso de fermentación de los caldos es crucial y representa, asimismo, "una ventaja competitiva respecto a otras bodegas". Finalmente se consiguió aislar una levadura autóctona, la más predominante entre las estudiadas además, que destacaba por dotar al albariño de una intensidad aromática, cuerpo y estructura excepcionales.
Aunque "un microorganismo no se puede patentar", Terras Gauda sí registró su uso en España y en otros países, como Francia, Estados Unidos, Australia o Italia, quedando limitado a la investigación y nunca a usos industriales.
Junto a este proyecto, que contó con un presupuesto de 180.000 euros, subvencionado al 40% por la Xunta de Galicia, esta bodega ha registrado hace apenas un año un proceso de elaboración, un sistema de crianza biológica anaerobia. Este procedimiento innovador, desarrollado en unas instalaciones especiales, en ausencia de oxígeno, facilita el vertido de compuestos al vino, como las manoproteínas de la levadura. Esta técnica proporciona caldos con más cuerpo, más densos o con una mayor untuosidad, y vinos más golosos. Ventajas conseguidas con este proyecto, que ha requerido de un presupuesto de 130.000 euros.
La selección clonal es otro de los programas de investigación pioneros de esta bodega, que cada año destina el 7% de su facturación a I+D+i y que además integra las bodegas Pittacum (El Bierzo), Quinta Sardonia (Ribera del Duero) y la conservera A Rosaleira. Gracias a este proyecto, en el que el CSIC entró a colaborar en 2002, la cava ha conseguido entre cuatro y seis clones de uva albariño, que cuentan con las cualidades de ser más resistentes a enfermedades propias del viñedo gallego, como el hongo mildiu, o que maduran antes que el resto de cepas. Este proyecto partió del injerto de 115 clones; más tarde, fueron reducidos a 34, que son los que el CSIC analizó desde un punto de vista agronómico.
El año pasado, el grupo consiguió una facturación de 11,4 millones de euros, un 9% más que en 2009.
De Niro, seducido por el albariño
La internacionalización ha sido un desafío para esta bodega gallega desde su creación y de ahí que sus vinos actualmente estén presentes en casi 50 países de los cinco continentes. Hasta en los restaurantes Nobu de Estados Unidos, propiedad del actor Robert de Niro, se sirve uno de sus albariños más destacados, Abadía de San Campio. Además, forman parte de la carta de vinos del lujoso hotel de siete estrellas Burj Al-Arab (Dubái) el albariño Terras Gauda, así como el Mencía Pittacum, de la bodega berciana del grupo.Aunque la empresa mantiene la previsión de ventas en España para este año, pese a la crisis, también ha seguido su carrera para conquistar nuevos mercados internacionales en los últimos meses. Prueba de ello es que ha iniciado la exportación de sus caldos a la India, Letonia, Estonia y Curaçao, y ha alcanzado nuevos acuerdos de distribución en Brasil, China y los países escandinavos. Mercados considerados estratégicos por la compañía dado su excelente potencial al ser grandes consumidores de alcohol. Ya el pasado año Terras Gauda aumentó su presencia en algunos de sus mercados más consolidados, como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido, y estableció relaciones comerciales con nuevos distribuidores en Dinamarca y Pekín.Esta fuerte política de expansión ha permitido que en 2010 la bodega incrementara su cifra de negocio en el exterior un 53%. De hecho, Terras Gauda exportó 2,1 millones de euros el pasado ejercicio, casi el 16% de sus ventas.