15-O: "La UE se ha quedado obsoleta"
La jornada de indignación mundial que se está celebrando este 15-O adquiere en la capital europea una simbología especial. La indignación de miles de personas hacia las instituciones comunitarias podría marcar un antes y un después en el futuro de un proyecto de integración que las generaciones de la postguerra fría no parecen entender ni compartir.
"La UE no es parte del problema ni de la solución", me comenta uno de los coordinadores de la marcha. "Simplemente ya no sirve y necesitamos otros modelos y otras respuestas". La sentencia parece compartida por buena parte de los manifestantes. Numerosas pancartas equiparan a los organismos comunitarios, como la Comisión Europea o el BCE, con institituciones tan desprestigiadas y/o impopulares como el FMI, el Banco Mundial, la OMC o la OTAN.
Dada la edad de la mayor parte de los manifestantes, parece claro que el proyecto europeo deberá reinventarse si en el futuro quiere seguir teniendo el apoyo de la población. La victoria del NO al proyecto de Constitución en los referéndum de 2005 en Francia y Holanda ya envió una señal de alarma que Bruselas, con su ensimismamiento habitual, decidió ignorar. El desapego de la población se confirmó en 2009 con la enésima caída en la participación de las elecciones al Parlamento Europeo.
Pero la indiferencia hacia el proyecto comunitario se ha convertido en hostilidad a raíz de la crisis financiera. La opinión pública observa con indignación que los mismos políticos que discuten durante tres años sobre el presupuesto comunitario (poco más de 100.000 millones de euros anuales o el 1% del PIB comunitario) y acaban recortándolo en partidas como las becas Erasmus, comprometen después, en un abrir y cerrar de ojos, el 38% del PIB o 4,2 billones de euros para rescatar al sector bancario (de los que se han gastado más de 1,2 billones o el 10,5% del PIB).
El lunes, como si nada hubiera pasado este fin de semana en decenas de ciudades europeas, los Barroso y los Van Rompuy de turno repetirán desde sus torres de marfil los mensajes que ya nadie escucha. Sus figuras son tan remotas y desconocidas que los manifestantes ni siquiera dirigen gritos o consignas contra ellos en particular. El ataque no es personal sino contra toda un estructura con pies democráticos de barro.
(Por cierto, que el imperio cultural anglosajón ya quiere apropiarse del copyright del 15-M: veo que la BBC atribuye el origen de la jornada mundial de indignación al movimiento de ocupación de Wall Street "iniciado en septiembre". O sea, cuatro meses después que en España...).
Fotos: 15-0 en Bruselas (B. dM., 15-10-11).