Aguirre agita la liberalización comercial a un mes del 20-N
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha movido ficha en la liberalización de los horarios comerciales para la región, a falta de cinco semanas para las elecciones generales, obligando a los candidatos de los dos partidos mayoritarios -PP y PSOE- a posicionarse.
La decisión del Ejecutivo madrileño de flexibilizar el comercio recupera un viejo debate que enfrenta a los pequeños establecimientos y empleados del sector con las grandes superficies. Y lo hace a poco más de un mes para los comicios de los que ha de salir el próximo ocupante de La Moncloa, por lo que es previsible que la polvareda salte al ruedo electoral.
Fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que la legislación establece la competencia de las comunidades autónomas en este asunto y respetan que así sea, por lo que por ahora no entran a valorar la medida y tampoco la conveniencia de la liberalización comercial como acicate económico -ésta ha sido la justificación del Gobierno de Aguirre para promover la nueva disposición-.
El PSOE también da por buena la normativa estatal vigente, pero reprocha a la presidenta madrileña el que no acometa la flexibilización de horarios a las claras y sí lo haga por "la puerta de atrás". La Ley1/2004, de 21 de diciembre, la capacita para ello. En vez de optar por esta vía, Aguirre "abusa de las excepciones", dicen los socialistas.
"Se trata de una liberalización encubierta", apuntan. La estrategia del Gobierno madrileño pasa, según el PSOE, por liberalizar el sector sin asumir el coste político que tendría, por el rechazo de los colectivos a los que una mayor amplitud de los horarios de apertura no favorece.
Asimismo, critican que el problema no son tanto los horarios como la situación privilegiada que ha conferido Madrid a las grandes cadenas. "El monopolio espacial en la distribución comercial", concreta un miembro del comité electoral de la formación, que asegura que será ése el enfoque, el urbanístico, con que el PSOE aborde el asunto en su programa para el 20-N.
En contexto
Las horas y los días en que las tiendas pueden abrir las puertas son atribución de las Comunidades Autónomas, aunque existe un marco estatal -regulado por la Ley de 2004- que establece unos mínimos. Es decir, cada región puede determinar el horario comercial en su territorio, siempre y cuando éste no sea inferior a 72 horas en el conjunto de días laborables de la semana y de al menos 12 festivos, con posibilidad de reducirlos hasta ocho.
Quedan excluidos de esta norma los comercios cuya superficie es menor de 300 metros cuadrados y otros dedicados a la venta de prensa, combustibles y carburantes, floristerías o las denominadas tiendas de conveniencia, así como los establecimientos que están ubicados en zonas turísticas, estaciones de ferrocarril, etc. Para ellos, la libertad de apertura es total.
El anteproyecto de ley aprobado este jueves por el Gobierno madrileño elimina las restricciones horarias para las tiendas de hasta 750 metros cuadrados y para las que rebasen esta superficie pero vendan "predominantemente" muebles, artículos de decoración del hogar y bricolaje, artículos deportivos, juguetes, vehículos y materiales de construcción.
Con ello, Madrid avanza aún más en la flexibilización del comercio. Esta comunidad ya era una aventajada en la materia, frente a otras regiones también gobernadas por el Partido Popular que han optado por imponer mayores cortapisas al sector. Así, por ejemplo, en 2011, el Gobierno de Esperanza Aguirre permite la apertura comercial durante 22 domingos y festivos, frente a los diez autorizados en Murcia o los ocho de Comunidad Valenciana y Castilla y León.