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¿Menos esguinces en Grecia?

Quien compre estos días un tubo de Voltaren puede encontrarse una sorpresa: el etiquetado de la caja está en griego. ¿Casualidad? ¿Error? ¿Se ha reducido el número de esguinces en Grecia y se vende menos esa crema? ¿O se han visto obligadas las farmacéuticas a recolocar en otros países de la UE los productos que pensaban endosar a Atenas?

Roche ya anunció a bombo y platillo que había dejado de servir ciertos fármacos a los hospitales griegos, entre ellos, algunos anticancerígenos. Y parece que el bloqueo farmacéutico al país balcánico se va generalizando a medida que Grecia se ve obligada a recortar su gasto en medicamentos.

Las farmacéuticas atribuyen atribuyen la suspensión del suministro a la demora en el pago por parte de los hospitales griegos (que en marzo de este año les debían 1.600 millones de euros, según los datos de la CE, el BCE y el FMI). Pero cuesta mucho creer que esa sea la verdadera razón, porque la propia industria reconoce que llevaba años soportando retrasos en el pago.

El castigo farmacéutico parece más bien relacionado con el saneamiento del gasto en ese área impuesto por la troika (CE, BCE y FMI). Los organismos internacionales no solo exigen un tajo de 1.700 millones de euros en la partida presupuestaria del Estado griego para salud y farmacia hasta 2015. Reclaman, además, una transformación radical en la viciada relación entre el sector sanitario heleno y sus proveedores. Los informes de la troika hablan sin tapujos de "intereses espurios" que impiden la racionalización del gasto.

El uso de genéricos en los hospitales, por ejemplo, apenas llega al 12% y los expertos internacionales han apreciado "resistencia entre los doctores" para llegar al objetivo marcado del 50%. Y en un país tan endeudado como Grecia, las autoridades, curiosamente, apenas reclaman descuentos por la compra mayorista de medicamentos.

La receta de los organismos internacionales para corregir esta situación incluye la centralización del sistema de compras y la elaboración de una nueva lista de precios de los medicamentos...

Así que el negocio farmacéutico en Grecia a costa del erario público parece llamado a limitarse. El Gobierno de George Papandreu debería evitar que los pacientes sufran con el recorte, al tiempo que deberá acostumbrar a la población a un consumo más razonable. ¿Y las farmacéuticas? Pegarán una etiqueta en otro idioma sobre los excedentes con alfabeto griego y se irán con la pomada a otra parte.

(Las imágenes corresponden a un tubo de Voltaren comprado a finales de septiembre de 2011 en una farmacia de Bruselas. Por cierto, bastante más grande que el habitual: 100g el griego frente a los 60g de los tubos etiquetados originalmente en francés y holandés).

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