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Biotecnología española

Instalaciones de alquiler para producir fármacos 'biotech'

Reig Jofré fabrica medicinas para 'start-ups' o laboratorios pequeños

Instalaciones de alquiler para producir fármacos 'biotech'
Instalaciones de alquiler para producir fármacos 'biotech'CINCO DÍAS

Cataluña, en general, y Barcelona, en particular, están tratando de erigirse como el Silicon Valley de la biotecnología española. La Generalitat dedica a ello varias subvenciones para potenciar la investigación, entre las que destaca el programa Acció, mientras que ayuntamientos como el de la Ciudad Condal ponen facilidades (por ejemplo, de corte fiscal) a las empresas que se lanzan al sector.

Este caldo de cultivo está redundando en el surgimiento de numerosas start-ups y pequeños laboratorios enfocados en la biotecnología. Sin embargo, sus escasos recursos (hay veces que las conforman equipos formados por un catedrático y cinco o seis investigadores) no les permiten dar el salto industrial y comercial en caso de que sus experimentos arrojen resultados satisfactorios.

Ahí es donde entran los laboratorios Reig Jofré, una compañía de capital familiar fundada en 1929 que se ha especializado en aportar servicios industriales a pequeñas empresas biotecnológicas. Dicha pata ha aportado el 60% de los 110 millones de euros facturados en el último ejercicio (recién cerrado el pasado 30 de septiembre), un 7% más que en el anterior.

La firma suele entrar en el capital de la compañía con la que se lanza a producir

"Hace unos años vimos que hay muchas start-ups que necesitan fabricar productos biológicos en pequeñas cantidades (hasta 5.000 unidades) para ensayos clínicos", apunta Ignasi Biosca Reig, consejero delegado de la compañía que fundó su abuelo. La distinción biológicos es significativa, ya que requiere una tecnología completamente diferente a la de la síntesis de otros compuestos. Reig Jofré es, en este sentido, uno de los referentes europeos en procesos de liofilización (secado de productos para su posterior hidratación, alargando así la utilidad de compuestos vivos como las proteínas, que en estado líquido se estropean muy rápidamente).

"Nuestra política es asociarnos con grupos de emprendedores para guiarlos y convertir sus investigaciones concretas en productos farmacéuticos", apunta. Para ello entran en el capital de la compañía con la que se lanzan a producir, asegurándose así el retorno (o las pérdidas, si las hubiere) e involucrándose activamente en el proyecto.

Tras evaluar detalladamente la idea de sus clientes, Reig Jofré se encarga de la fabricación de los fármacos. Para ello dispone de cuatro plantas en España, dos en Toledo y otras dos en la provincia de Barcelona (Badalona y Sant Joan d'Espí).

Fruto de esta estrategia ha nacido, por ejemplo, un test tumoral para cáncer de endometrio, desarrollado por Oryzon (titular de la investigación) en colaboración con Reig Jofré, que ha puesto financiación (uno de los cuatro millones de euros que ha costado) e instalaciones. Este último se reserva la comercialización en España del producto, que según estudios preliminares podría llegar a facturar 250 millones de euros en todo el mundo (Oryzon está buscando ahora mismo un socio para la distribución global).

Otro de los casos más recientes de este tipo de colaboración es el de Archivel, una firma que podría tener lista para 2015 una vacuna contra la tuberculosis cuyo desarrollo arrastra unos 10 millones de euros.

Una firma de referencia en Suecia

Reig Jofré cuenta con más de 180 clientes en 83 países a los que fabrican productos, ya sean propios o bajo licencia. El 50% de la facturación de la firma son exportaciones, incluyendo un 10% solo en Suecia. Además de fabricar para otros, el grupo catalán comercializa sus propios productos dentro y fuera de España, lo que le aporta un 30% de su facturación.

Centrada en productos inyectables para dermatología, ginecología, aparato respiratorio y antibióticos, Reig Jofré es referencia en Suecia. Ignasi Biosca, consejero delegado, cuenta que su fuerte implantación en el país escandinavo fue un tanto casual. "Buscábamos mercados fuera de España, y vimos que Suecia reunía unas condiciones ideales: un país de pequeño tamaño, con una regulación laboral menos agresiva que Francia y un consumo más avanzado que en Portugal", resume. La firma entró en el país comprando en 2009 por ocho millones el 100% de una pequeña compañía con sede en Malmö, donde mantienen una fábrica y su base de operaciones nacional.

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