Las cajas se negaron a pagar la crisis de Banesto en 1994
Esto no es un confidencial. Pero puede refrescarle la memoria a los más maduros y actualizarle los conocimientos al resto. Cuando en el año 1993 el Banco de España intervino Banesto para sanearlo y subastarlo posteriormente, ya en 1994, las autoridades monetarias y financieras plantearon utilizar indistintamente recursos de los fondos de garantía de depósitos de los bancos y de las cajas para recapitalizar la entidad intervenida. Pero la Confederación de Cajas consideró que se trataba de un problema de gestión negligente de un banco privado comercial, y que para nada estaban obligadas las cajas a tomar parte en el salvamento.
Sin embargo ahora, cuando el Gobierno ha echado mano de los recursos del fondo de garantía de depósitos de los bancos para recapitalizar las cajas intervenidas y cubrir el agujero que el FROB ha causado en el déficit fiscal de este año (unas cuantas décimas no cuantificadas por la señora Salgado) no han levantado la voz. La patronal bancaria, sin embargo, tras considerar lógica la decisión, recuerda que esos recursos han sido aportados por los bancos y no por las cajas, a las que ahora se trata de salvar.
Es un debate largo, reiterativo y no resuelto hasta ahora por las urgencias de Salgado: quién paga qué en las crisis financieras. Ya en torno a 2000 el Gobierno del Partido Popular planteó hacer tabla rasa con esta diferencia entre los dos grandes fondos de garantía de depósitos (hay un tercero que financian las cooperativas de crédito, pero de muy escasa cuantía) e integrarlos en uno solo que cubriese los déficit de depósitos a los ahorradores en caso de una quiebra. Con la peregrina excusa de que nunca había quebrado una caja de ahorros, la CECA, Quintas al mando, se negó en redondo a tal operación, y que cada palo aguantase su vela.
Mira por dónde ahora, solo diez años después, no solo ha quebrado una caja, sino unas cuantas, y no se hacen ascos a los recursos de los bancos para cubrir el quebranto.