Grecia amenaza con 35.200 millones de vencimientos
El calendario de pagos de deuda hasta abril augura alta tensión en los mercados.
Grecia continúa manteniendo en vilo a los mercados. El retraso del sexto tramo de ayudas es una vez más un gran generador de volatilidad al acentuar la debilidad del país heleno para afrontar sus compromisos de pago. La acumulación de vencimientos de deuda en el último tramo del año y el próximo ejercicio hacen previsible que la tensión persista hasta que no se encuentre una solución definitiva para el país heleno, algo que tarde o temprano pasará por la reestructuración de la deuda del país, aseguran los entendidos. La clave para devolver la estabilidad pasa por implementar de forma paralela las medidas de contención en Europa que eviten el contagio al resto de la región.
"El sexto tramo de ayuda -del primer rescate- probablemente se desbloqueará pero el problema es recurrente. El mercado seguirá tenso cada vez que venga la negociación de nuevas ayudas hasta que se anuncie una quita. Ganar tiempo para eliminar el riesgo de contagio es clave", explica Nuria García Manteca, de Ahorro Corporación.
Grecia afronta vencimientos de deuda por unos 17.000 millones de euros de aquí a final de año y el próximo ejercicio los compromisos ascienden a cerca de 37.409 millones.
"Los retrasos en el desembolso de las ayudas dejan la situación de caja de Grecia bajo un estrés severo. Es probable que el Tesoro se vea obligado a emitir letras y a retrasar algunos pagos hasta que no reciban el sexto tramo de ayudas, probablemente a finales de octubre o principios de noviembre", explica Antonio García Pascual, economista jefe para el sur de Europa de Barclays Capital.
Pese a que la situación de caja del país es cada vez más delicada, con un vencimiento de 10.000 millones de euros en diciembre, el Gobierno griego aún tiene cierto margen. El vencimiento de diciembre, pese a su tamaño, es un préstamo con garantía soberana a una entidad financiera que se podría refinanciar con el BCE y el país aún puede financiarse a corto plazo en el mercado. Eso sí, a precios desorbitados.
"Los mercados se fijan excesivamente en la liquidez. El riesgo principal de Grecia a corto plazo es que no puedan llevar a cabo algunas medidas duras para asegurar las ayudas. En particular debe aprobar los 30.000 despidos del sector público y homogeneizar las escalas salariales, lo que significará bajar sueldos en el sector público el 1 de noviembre. Sin estas medidas el programa es difícil de salvar" asegura García Pascual.
El tiempo apremia y la posibilidad de que la troika rechace el último plan de ayudas es una realidad. Eso sí, los mensajes que llegan de la UE son esperanzadores. "La incertidumbre era mayor en julio porque no había mensaje de unidad", recuerda Sara Baliña, de AFI. "Podemos entrar en una fase en la que los desembolsos se hagan para que Grecia siga en el euro o se reduzcan las presiones". Y es que Europa aún no está preparada para la inevitable reestructuración.
"Una reestructuración de Grecia no es cuestión de días. Falta un plan B para poner más capital en los bancos y asegurar que se evita el contagio a España e Italia. Es importante que esté en marcha y que se decida si el BCE continuará siendo el principal responsable de estabilizar la deuda italiana y española o si será el EFSF quien se encargue", concluye García Pascual.
Al final la puesta en marcha del fondo de rescate (EFSF) y una clara definición tanto de sus nuevas funciones como de la financiación futura de Grecia serán las claves.