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Muy confidencial

Lo que cuesta vender la marca España

Ahora que la obra pública, y también la privada, prácticamente han desaparecido, a empresas y profesionales de la construcción no les queda otra que aumentar o inaugurar su aventura en el exterior. Quienes ya cuentan con experiencia ven con preocupación dos aspectos clave. El primero está directamente relacionado con las turbulencias financieras que asolan desde hace meses los mercados. Cuentan los ingenieros que cada vez que acuden a un país fuera de España a explicar su interés en proyectos de infraestructuras, deben reservar buena parte del tiempo de su intervención a explicar qué está pasando realmente con la economía española, qué medidas ha adoptado el Gobierno para reducir el déficit y qué diferencias existen con la situación de Grecia o Portugal. "Nos cuesta cada vez más vender la marca España y eso no es bueno porque puede echar por tierra el prestigio que tantos años nos ha costado lograr", lamentan.

El segundo factor que preocupa al sector es la denominada diplomacia comercial, que en opinión de las empresas no realizan de forma adecuada algunas embajadas españolas en el extranjero. "Si a las dificultades que existen en la actualidad para conseguir contratos en el exterior se le une la ineficacia de la embajada, estamos perdidos", se queja la ingeniería. Cuentan como ejemplo el caso de una delegación en un país que no quieren desvelar a la que acudió una compañía dedicada a la elaboración de proyectos de obra interesándose por el plan de infraestructuras que había presentado el Ejecutivo de esa nación. La embajada tardó demasiado tiempo en contestar a dicha petición y tiempo es, precisamente, lo que muchos inversores no se pueden permitir en estos momentos.

Por ello, los ingenieros reclaman una acción más coordinada y un apoyo directo de las autoridades españolas a la internacionalización. También, reclaman cambios en la formación de estos profesionales y, sobre todo, más importancia en las escuelas superiores a la enseñanza de los idiomas. "Aún son los menos los ingenieros que pueden realizar una presentación de un proyecto en perfecto inglés o alemán", destacan en una asociación profesional. Pero eso de la formación es, sin duda, otra historia.

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