Defender la ley para proteger a los clientes
La firma González Franco Corporate & Criminal Defence prima la colaboración con la justicia.
Decir que este criminalista de empresa es un abogado moderno sería comprensible si nos quedáramos únicamente con la primera, y desde luego agradable, impresión que causa el letrado. José Ángel González Franco muestra, detrás de su cuidada presencia, concepciones del Derecho sólidamente clásicas. Un estilo jurídico muy avanzado e innovador que funde con la decencia, el respeto a la ley o el sentido primigenio de la responsabilidad personal y social.
"La mejor defensa se basa en hacer las cosas bien desde el principio", dice el letrado. Por ello defiende convencidamente el "Derecho penal preventivo", construcción jurídico-intelectual que, reconozcamos infrecuente en la práctica penal, despliega un inevitable atractivo. "Que las empresas y directivos a los que asesoramos y defendemos asuman sin reservas que su mejor protección penal es hacer las cosas bien, eso es su mejor garantía penal", manifiesta. Ello supone que sus clientes deben asumir un código de conducta nutrido de valores morales y jurídicos, entre los que destaca "la permanente colaboración con la justicia".
González desarrolló sus capacidades prospectivas cuando fundó el despacho que lleva su nombre, "sin ningún afán de protagonismo", apunta, en el año 2004 en Barcelona. Su apuesta por la I+D en el sector legal se ha convertido hoy en el Observatorio Penal González Franco, en el que participan importantes penalistas "que permanecen en la universidad para no perder el contacto con la investigación" y cuyos trabajos han asesorado el proceso legislativo del vigente Código Penal.
Está convencido de lo pernicioso de las indiscutiblemente extendidas prácticas corruptas. "Desde luego, no es el perfil de cliente de nuestro despacho", dice refiriéndose a quienes incurren en ellas. Convencido de sus afirmaciones, el letrado, doblemente licenciado y con un máster, se manifiesta totalmente convencido de "la oportunidad de la tipificación penal de los delitos de la personas jurídicas para atacar las prácticas corruptas".
Su defensa de la ley es tan vehemente que hace pensar si no habrá cambiado su toga por la del fiscal. "Actuar así es lo que hace que mis clientes sean los mejor defendidos porque si han cumplido los protocolos preventivos, no han podido delinquir. Esto lo saben los jueces".
La política de González Franco debe convencer, a la vista de su cartera boutique, de la que forman parte algunas de las principales cotizadas del selectivo y relevantes empresarios del país. Una nueva oficina en Madrid refuerza el proyecto de un abogado en el que prima un modelo de dirección moderno y espíritu jurídico.