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Columna
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'ELA Confidential'

Los bancos griegos se quedan sin modos de financiación. Desde la primera crisis del país en mayo de 2010, las entidades han dependido de dos muletas: la lealtad de sus depositantes y la disposición del BCE para ampliar los fondos de emergencia. Pero en el último mes, estas han comenzado a tambalearse.

El BCE ha prestado 93.000 millones de euros a los bancos griegos a través de sus operaciones de refinanciación semanales y trimestrales. El problema es que gran parte han sido garantizados contra la inestable deuda pública griega. La política del BCE es marcar las garantías que mantiene a precios de mercado y luego aplicar un recorte. Debido a que la deuda soberana a cinco años cotiza ahora al 37% a la par, un banco que utilice estos bonos como garantías podría recibir ahora solo un 30% o menos del valor de cada bono que compromete. La respuesta ha sido la de poner más garantías. Pero eso ahora se está tornando más complicado: muchos bancos se están quedando sin bonos elegibles.

Los temores crecientes a una suspensión de pagos habrían provocado una renovada huida de depósitos. Empresas y familias retiraron un 2,5% de sus depósitos en mayo, aunque se desaceleró hasta el 0,5% en julio, según cifras del banco central. Desde comienzos de septiembre, sin embargo, las salidas experimentaron un nuevo repunte. Los bancos griegos tienen un plan B: la llamada asistencia de liquidez de emergencia (ELA, en sus siglas en inglés) del Banco de Grecia. Según este programa, el banco central nacional presta contra una gama mucho más amplia de garantías, que el BCE no acepta. Todo ello bajo el criterio del consejo del BCE. Mientras consienta, los bancos griegos pueden usar el ELA para mantenerse a flote.

Pero existe una trampa. Cuanto más financia el Banco de Grecia a los bancos mediante garantías dudosas, el país se ata con más fuerza una soga al cuello. Cualquier pérdida sufrida por el banco central podría recaer en el Estado heleno en última instancia. Aumentar el uso de ELA debería permitir al BCE reducir su exposición a los bancos con problemas. Pero si como resultado el país necesita un rescate mayor, será problema de la eurozona.

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