La UE regala a las aerolíneas 20.000 millones en derechos de CO2
La Comisión Europea aprobó ayer el método de reparto de los derechos de emisión de CO2 para las líneas aéreas. El sector recibirá gratuitamente el 85% de los derechos, lo que supone, según Bruselas, un ahorro anual de 2.000 millones de euros durante una década.
El dividendo caído del cielo, como se llamó a los beneficios obtenidos por el sector energético europeo gracias a su participación en el mercado de emisiones de CO2, podría repetirse en el sector aéreo. Bruselas aprobó ayer un método de reparto de los derechos de emisión entre las líneas aéreas que podría reportarles un beneficio de 20.000 millones de euros hasta 2020.
La comisaria europea de Medio Ambiente, Connie Hedegaard, animó a las compañías a utilizar ese ingreso "en la modernización de sus flotas, la mejora de la eficiencia de los carburantes o el uso de combustibles no fósiles".
El inesperado rendimiento se debe a que la Unión Europea entregará gratuitamente el 85% de los permisos de emisión de CO2 que las compañías necesitarán en 2012. En total se entregarán para ese ejercicio 182 millones de títulos con un valor, al precio de mercado actual (11,82 euros por título), de 2.160 millones de euros.
Bruselas espera que inviertan las ganancias en modernizar la flota
Las compañías solo tendrán que adquirir el 15% restante, pero Bruselas admite que intentarán pasar a sus clientes finales el coste del 100% de los títulos, por lo que esos 2.160 millones podrían anotarse limpiamente en la cuenta de resultados. En España, se calcula que Iberia necesitará títulos por valor de unos 175 millones de euros en 2012, de los que deberá adquirir en subasta el equivalente a unos 25 millones. Los 150 millones restantes los recibirá gratuitamente.
"Así ocurrió en el sector energético, por lo que esperamos que la situación financiera de las aerolíneas resulte fortalecida gracias a los títulos gratuitos", señala el departamento de Hedegaard con una sorprendente complacencia. La cosecha se repetirá año tras año hasta 2020, con un dividendo total cercano a los 20.000 millones de euros, según los cálculos de la Comisión.
El beneficio final de cada compañía dependerá de su eficiencia energética y de su capacidad para contener el crecimiento de las emisiones de CO2 de su flota. Pero también, reconoce Bruselas, de su habilidad o no para traspasar al cliente final la totalidad de los supuestos costes de participación en el mercado de emisiones.
Fuentes comunitarias reconocen que en el sector aéreo la competencia es mucho más feroz que en el energético, por lo que las compañías no podrán repercutir en sus clientes el coste potencial de unos títulos recibidos gratuitamente.
El impacto final para el consumidor, según Bruselas, podría llegar a ser de hasta 24 euros en un viaje de largo recorrido (como a EE UU), aunque el coste real para la compañía sería de cuatro euros.
La asignación de títulos compañía por compañía, de las 900 obligadas a participar en el mercado de CO2, se conocerá dentro de tres meses. En ese momento, las autoridades de 92 países (30 europeos y 62 de otras zonas del planeta) deberán distribuir los derechos de emisión entre sus compañías a razón de 0,6797 títulos por cada 1.000 toneladas por kilómetro transportadas en 2010.
A partir de 2013, el ratio será de 0,6422 por km/t y el porcentaje de títulos gratuitos se rebajará al 82%. El 3% restante se reservará para su distribución, previsiblemente entre compañías de países emergentes. Aun así el beneficio potencial continuará superando los 2.000 millones de euros anuales.
EE UU y los emergentes, en contra
La aprobación del método de reparto de los derechos de CO2 en el sector marcó ayer lo que parece un punto de no retorno en las intenciones europeas de obligar a esa industria a reducir sus emisiones. Bruselas ha decidido seguir adelante con el plan a pesar de las objeciones planteadas por algunas aerolíneas estadounidenses (que presentaron una denuncia contra la directiva europea) y las amenazas de represalias comerciales por parte de China. A finales de semana, EE UU y China tienen previsto participar en India en una reunión convocada para los países emergentes contrarios a lo que consideran una decisión unilateral europea."Hubiéramos preferidos una actuación mundial", señaló ayer la comisaria europea de Medio Ambiente, Connie Hedegaard, "pero no podemos eximir al sector aéreo simplemente porque no se llega a un acuerdo internacional". Fuentes del sector identifican a las compañías estadounidenses como las más perjudicadas, dado que sus flotas son más vetustas que las asiáticas o las europeas.
La cifra
24 euros por pasajero en un vuelo transatlántico de ida y vuelta podría ser, según la CE, el impacto de la participación del sector en el mercado de emisiones.