Italia paga sus problemas de gestión política y deuda
Bruselas cree que Berlusconi cumplirá sus objetivos pese a la rebaja de S&P.
La peculiar debilidad en la que se han instalado desde hace décadas los sucesivos Gobiernos italianos puede comenzar a pasar factura y de qué manera. No en vano, la rebaja de la calificación de su deuda decretada en la madrugada del martes por parte de Standard & Poor's de "A+" a "A" está sustentada en dos factores, tal y como reconoce la propia agencia: unas previsiones de crecimiento extremadamente débiles hasta 2014 y un Ejecutivo dividido incapaz de encarar los duros ajustes necesarios para que el mercado se crea la capacidad de reacción de la tercera economía de la eurozona.
Después de Grecia, Irlanda, Portugal, los mercados parecen convencidos de que algo pasa en España y, sobre todo en las últimas semanas, en Italia.
Dicho de otro modo, dicha rebaja de la calificación quiere decir que Standard & Poor's no cree que el Ejecutivo de Silvio Berlusconi, muy dividido y dependiente de sus pactos de Gobierno (ayer la oposición exigió su dimisión), vaya a ser capaz de poner en marcha el draconiano plan de ajuste aprobado recientemente, por el que espera reducir el gasto en 54.000 millones de euros. Su escepticismo no es infundado. El Gabinete italiano ha rebajado sus previsiones de crecimiento de una media del 1,3% anual en el periodo 2011-2014, a un lánguido 0,7%. Los analistas de la primera agencia de rating del mundo consideran que semejante desplome de la actividad hará muy difícil que se puedan cumplir las previsiones de ajuste fiscal. Y lo que es peor, esa necesidad brutal de la economía italiana de reducir su gasto público frenará a su vez la lánguida economía. Se trata del círculo vicioso de la crisis actual. Cómo compaginar severas medidas de contención del gasto con incentivos al crecimiento cumpliendo al mismo tiempo los objetivos de estabilidad presupuestaria. Todo un reto.
Reformas pendientes
Italia no tiene un problema de déficit fiscal, su saldo es menor al de Francia o Alemania y espera recuperar el equilibrio en 2013, pero sí de elevado endeudamiento, equivalente al 120% del PIB, uno de los más elevados de la eurozona y el más alto de los países que reciben una calificación "A" de la agencia norteamericana.
Esa elevada deuda hay que financiarla y eso es lo que preocupa a los inversores. Estos valoran hasta qué punto tiene Italia margen de maniobra para recuperar su credibilidad como tercera potencia europea. Las recetas que recomiendan para reconducir la situación es simplemente aplicar las reformas anunciadas: drástica reducción del sector público, subida de impuestos, reforma del sistema de pensiones e implantación de un sistema de copago sanitario. Y aunque la primera reacción del Gobierno de Berlusconi no contribuyó a borrar esa imagen de sistema político débil (el primer ministro acusó ayer a Standard & Poor's de dejarse influir por las informaciones que publican los periódicos), la Comisión Europea se apresuró ayer a defender las medidas emprendidas por Italia.
"Las iniciativas de consolidación fiscal permitirán que el país cumpla con sus objetivos por lo que se refiere a la reducción del déficit", afirmó ayer el portavoz comunitario de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, en conferencia de prensa. Altafaj recordó que Italia ha anunciado dos paquetes de consolidación fiscal, en julio y septiembre, que además han sido aprobados de manera democrática en el Parlamento. "Es importante contar con una agenda ambiciosa con medidas que puedan potenciar el crecimiento del país para poder hacer frente a las debilidades estructurales a las que ha tenido que hacer frente la economía italiana en los últimos años", sostuvo. Según el portavoz, ese programa va a exigir "un consenso político nacional amplio y es importante que participen los interlocutores sociales".
La prima de riesgo italiana llegó a cotizar ayer en máximos desde la entrada del euro. Así, el diferencial entre el bono italiano y el bono alemán a 10 años se disparó hasta los 397 puntos básicos, 15 más que el día anterior. A medida que avanzó la sesión, se moderó hasta los 384, apenas cinco puntos básicos de alza. No obstante, ese pico supone repetir el nivel más alto desde 1996, antes de que Italia entrase a formar parte del euro.
Sobre las descalificaciones con que fue recibida por parte del Gobierno italiano la rebaja de la nota a la deuda pública, la agencia aseguró que sus evaluaciones son "apolíticas" y están basadas en "un análisis detallado e independiente de las perspectivas económicas y fiscales de Italia".
Las cifras
120% del PIB alcanza la deuda pública italiana, una de las más elevadas de la zona euro.
54.000 millones de gasto prevé reducir el Ejecutivo de Berlusconi.
0,7% es el crecimiento anual medio del PIB previsto hasta 2014.