UBS eleva a 1.660 millones las pérdidas generadas por su trader de Londres
UBS ha elevado a 1.660 millones las pérdidas provocadas por las actividades de uno de sus traders en Londres. El consejero delegado de la entidad, que llegó al cargo después de que UBS fuese rescatada con dinero público, ha dicho a la prensa que no piensa dimitir.
El banco suizo UBS reveló ayer que las pérdidas provocadas por las actividades de uno de sus traders en Londres ascienden a 2.300 millones de dólares, frente a los 2.000 estimados inicialmente. El banco asegura que ya ha cubierto todas las posiciones tomadas por dicho broker, llamado Kweku Adoboli y actualmente detenido por la policía de Londres.
La pérdida se deriva, según ha detallado el banco, de posiciones especulativas no autorizadas en futuros sobre los índices Dax, Euro Stoxx 50 y S&P 500, tomadas en los últimos tres meses. "Las posiciones fueron tomadas dentro del normal flujo de negocios de una gran casa de operaciones de Bolsa, y como parte de una cartera correctamente cubierta", dijo la entidad. Adoboli trabajaba en la división Global Synthetic Equity, especilalizada en fondos cotizados que operan con derivados.
La magnitud del riesgo asumido por el banco se debe a que dichas posiciones fueron compensadas con otras posiciones ficticas sobre ETF ejecutadas presuntamente por Adoboli. De este modo, dice UBS, las posiciones ficticias ocultaban el hecho de que las operaciones en futuros violaban las normas de UBS. Después de ser preguntado por los responsbles de control del banco, el día 14 el trader reveló sus actividades, dice el banco.
El consejero delegado de IBS, Oswald Gruebel, por su parte, ha asegurado a la prensa suiza que no piensa dimitir por este caso. Algunos analistas han apuntado que Gruebel tendrá dificultades para explicar a los accionistas cómo un solo empleado ha podido causar tanto daño. El banco dejará de ser rentable este trimestre por este caso.
En un memorándum enviado a sus empleados, Gruebel dice sentirse impresionado y decepcionado, y reconoce que es un golpe a la reputación de UBS y a sus esfuerzos por mejorar su solvencia. Gruebel, de hecho, llegó a UBS en 2009 cuando estaba ya jubilado, para pilotar un banco que había sido rescatado de la quiebra por el Estado a consecuencia de la crisis financiera.
El banco, de hecho, ha tenido que captar 46.000 millones de dólares en capital (incluido dinero público) para sobrevivir a la crisis. El mes pasado dijo que eliminaría 3.500 puestos de trabajo, de los que el 45% procede de la división de banca de inversión. El banco ha formado un comité de tres personas que será responsable de las investigaciones.