Un agente bursátil hace un agujero en UBS de 1.500 millones de euros
Un error, una operativa fraudulenta o un exceso de riesgo sin control. UBS reconoció ayer una pérdida de 1.500 millones de euros provocada por un agente de Bolsa, que fue detenido en Londres como presunto responsable.
Ha vuelto a suceder y, además, en el peor momento. Otra entidad financiera europea ha caído víctima del exceso de riesgo en su propia operativa en Bolsa. El suizo UBS anunció ayer que ha detectado un agujero de 2.000 millones de dólares (1.500 millones de euros) como consecuencia de las operaciones no autorizadas de un agente bursátil, una pérdida que va a impactar de lleno en los resultados del tercer trimestre y que previsiblemente dejará en números rojos a la entidad, según reconocía ayer el banco. Sus acciones encajaron la mala noticia con una caída del 10,8%, el valor cerró a 9,75 francos, durante la sesión y que contrasta con el repunte bursátil del que disfrutó el conjunto de la banca europea gracias a la acción coordinada de los principales bancos centrales del mundo para garantizar liquidez en dólares para los bancos de la zona euro a un plazo de tres meses.
El banco suizo añadió que el presunto fraude está siendo investigado y en Londres, Scotland Yard confirmó la detención de "un hombre de 31 años, bajo sospecha de fraude por abuso de su posición". Medio británicos apuntaron que se trata de Kweku Adoboli, empleado de la división europea de gestión de capitales del banco suizo en Londres y responsable de un ETF o fondo cotizado. El departamento de comunicación de UBS no quiso ofrecer más detalles, ni precisar si el agujero es consecuencia de operaciones ilegales, de operaciones sin control de riesgo o, simplemente, de un error.
En cualquier caso, la noticia difundida ayer representa un importante traspiés para UBS, que ya se vio afectado seriamente por la crisis financiera en 2008 y recuerda con claridad al agujero sufrido que desveló Société Générale a principios de 2008, cuando uno de sus agentes bursátiles, Jérôme Kerviel, generó unas pérdidas a la entidad de 4.900 millones de euros.
Impacto en la estrategia
El impacto del presunto fraude desvelado ayer anula el efecto al que aspiraba UBS con el recorte de plantilla anunciado hace un mes -de 3.500 empleados- y con el que pretende ahorrar 2.000 millones de francos suizos. El agujero amenaza además el futuro de la actividad de UBS en banca de inversión, que ya estaba siendo cuestionado por el grupo dentro de la profunda reestructuración en la que se embarcó la entidad tras el estallido de la crisis en 2008 y, en el caso particular del banco suizo, tras el escándalo por el que rompió el secreto bancario, al entregar a Estados Unidos los datos de 4.500 presuntos evasores fiscales.
UBS añade que las citadas operaciones bursátiles no autorizadas no afectan a las posiciones de los clientes.