Una llamada de atención
La nueva encuesta anual del Edelman Trust Barometer, que ha entrevistado a 5.075 personas englobadas dentro del 25% de la población más rica de 23 países de cinco continentes, obliga a la reflexión. La encuesta verifica la importancia de la responsabilidad social corporativa (RSC). Así, entre otros aspectos, si una empresa genera desconfianza, el 57% de las personas van a creer cualquier información negativa sobre ella. Si es confiable, estas serán solo el 25%.
La confianza en las empresas cayó en el último año en Estados Unidos del 54% al 46%; en Francia del 48% al 36%; en Gran Bretaña del 49% al 44%. En cambio, subió en Brasil, del 62% al 1%.
Las expectativas de que las empresas hagan RSC son muy altas entre las influyentes élites interrogadas. Cuando se les pregunta: ¿las corporaciones deben crear valor accionario que se alinee con los intereses de la sociedad, aun cuando ello signifique sacrificar ese valor?, la gran mayoría contestan que sí: Alemania, con un 91%, Gran Bretaña, un 89%, China, un 89%, EE UU, un 85%, México, un 85%, Canadá, un 82%, Suecia, un 81%, Argentina, un 78%, India, un 74% y España, un 71%. La encuesta concluye: "las empresas deben alinear los objetivos de ganancias y metas sociales". Las élites esperan más y mejor RSC.
Lo mismo dicen recientes consultas en diversos países. En Chile, en el "Estudio grandes empresas", se encontró con que para la mayoría el rol de la RSC es positivo, pero la evaluación de su cumplimiento es negativa. El 80% se mostró de acuerdo con la idea de que "la RSC es solo marketing".
En España, el estudio de Reputación Corporativa de Ipsos 2011 concluyó que: "la RSC es una asignatura pendiente para las empresas consideran que no le prestan suficiente atención el 71% de las ONG y fundaciones, el 70% de los periodistas, el 67% de los académicos, el 65% de los analistas, el 64% de los políticos y el 54% de los mismos directivos empresariales". La insatisfacción que expresan las encuestas no es con la idea de RSC, que aplauden, sino con la necesidad de que se plasme en políticas empresariales vigorosas, inversión social creciente y programas ejemplares.
Como por ejemplo, la cesión que acaba de hacer el laboratorio Gilead Sciences sobre sus nuevas drogas para el sida, y la hepatitis B, a una agencia pública internacional que las sublicenciará a productores de bajo costo sin cobrarles regalías, con la condición de que sea solamente para países pobres. Esta acción de RSC reducirá dramáticamente el precio de las drogas, y salvará miles de vidas.
Bernardo Kliksberg. Presidente de la Red Iberoamericana de Universidades por la Responsabilidad Social Corporativa y autor, con el Nobel Amartya Sen, de 'Primero la gente'