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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Recaudar más sin dañar la actividad

La tendencia de la fiscalidad en los próximos años se concentrará en desmontar las grandes decisiones bajistas de los últimos quince años. Las necesidades financieras de los estados ante la exigencia de austeridad de los mercados tras los excesos para atender las urgencias de la crisis financiera y del empleo no dejarán margen para otra cosa. Pero en casos como el de España, donde la desfiscalización de los tres últimos lustros ha sido muy agresiva, el giro tiene que ser muy radical, dado que el alejamiento del equilibrio de las cuentas públicas ha sido superior a la media, las expectativas de recomposición del crecimiento no se ven aún en el horizonte, y la vigilancia del inversor internacional es muy estrecha.

El activismo desfiscalizador iniciado por los gobiernos de Aznar con la reducción de los tipos impositivos en el IRPF sobre las rentas del trabajo y del capital, y acelerado por los de Zapatero sobre todo en trabajo y en Patrimonio, ha desnudado la capacidad de recaudación del Estado, que se ha visto cíclicamente sorprendido por la tenaza de unos ingresos desmoronados, por que se han desmoronado las bases imponibles, y unos gastos descontrolados por el avance del desempleo, la factura de la deuda pública y la recapitalización del sistema financiero. Y al igual que durante años la contracción de los impuestos ha sido agitada bandera electoral, con abuso irresponsable de la cuestión tanto por parte del PSOE como del PP, ahora lo vuelve a ser para desandar el camino.

Ya en los dos últimos años se han producido avances en la imposición indirecta, tanto la que grava de forma universal el valor añadido de todos los bienes y servicios (IVA), como los impuestos especiales. Pero los números no terminarán de cuadrar hasta que no se haga un nuevo doble ejercicio de contracción de los gastos públicos e incremento de ingresos por un avance de la presión fiscal individual.

IVA y Especiales bien podrían subir de nuevo en los próximos meses, y el Gobierno restablecerá esta misma semana el Impuesto sobre el Patrimonio, además de intentar rescatarlo de la competencia regional para la nacional. A estas tesis del PSOE hasta ahora ha replicado el PP con silencio en materia fiscal. Pero sea quien sea quien gobierne en 2012, no puede eludir un aumento de los impuestos si quieree cumplir con los compromisos financieros con la Unión Europea y los financiadores de España. Poner el acento sobre quienes más tienen podría no ser por si solo suficiente, y seguramente comporta más proporcionalidad, equidad y reparto del esfuerzo una subida del propio IRPF en todos sus tramos, y todas las naturalezas de la renta. æscaron;nicamente debe quedar al margen todo tributo cuya reducción se convierta en un estímulo inmediato a la actividad económica, única variable que por si misma genera bases imponibles nuevas, recompone los ingresos y reduce los gastos.

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