La administración de DHO pide al juez que declare "la mala fe" de la banca
La administración concursal de DHO ha solicitado al juez que declare "la mala fe" de las entidades que refinanciaron el grupo poco antes de entrar en concurso de acreedores, con cerca de 300 millones de deuda. Entre ellas Caja Castilla La Mancha, que prestó al grupo 32,4 millones cuatro meses antes.
La administración concursal de la constructora Dico Harinsa Obras (DHO) ha solicitado al juez que se "declare la mala fe de las entidades financieras" que acordaron con el grupo un contrato de financiación sindicada por 90,8 millones en agosto de 2008 (DHO solicitó concurso el 29 de diciembre de ese año).
Además pide "en consecuencia la calificación de subordinada de los créditos de que sean titulares frente a la concursada" en una demanda incidental presentada en julio y a la que ha accedido este diario. La calificación de un crédito como subordinado supone que el pago de este no se realizará hasta que hayan quedado íntegramente satisfechos los créditos ordinarios: el propietario de ese crédito subordinado será, en el caso de que sea posible, el último acreedor en cobrar.
Los administradores nombrados por el juez en DHO cuantifican su demanda en 212 millones de euros: por el importe total de la financiación concedida en agosto de 2008 (90,8 millones) y por el límite máximo disponible de 121 millones acordado en el contrato de refinanciación. Caja Castilla La Mancha (32 millones), Banesto (14 millones) y Caja Madrid (6,9 millones) fueron los principales bancos financiadores de DHO.
Se trata, según expertos en materia concursal consultados, de una de las mayores acciones rescisorias solicitadas nunca en un concurso de acreedores en España. "Es la mayor actuación en defensa de los acreedores no financieros y debe marcar una línea a seguir por otros administradores concursales", considera José Martínez Carrera, del despacho Gesico, que representa a uno de los acreedores de DHO en el proceso concursal. Este diario trató ayer de ponerse en contacto con dos de los administradores concursales y con la compañía, pero no fue posible.
La administración concursal explica en su solicitud enviada al juez del juzgado de lo mercantil número seis de Madrid que la deuda financiera de DHO en mayo de 2008 ascendía a 115,8 millones de euros, y que no disponía de ninguna garantía real.
La administración sostiene que el crédito sindicado acordado en agosto de ese año no servía para salvar al grupo del concurso, extremo que los bancos tenían que conocer. Pero con ese préstamo los bancos lograron que DHO les entregara en garantía el 100% de sus activos "presentes y futuros" y se posicionaron de cara al futuro concurso como acreedores con privilegio a la hora de cobrar sus deudas.
Caja Castilla La Mancha, accionista y financiador
"El gran sacrificio patrimonial que han tenido que sufrir las sociedades del grupo DHO y los acreedores ordinarios de todas ellas no se vio justificado por una real contraprestación por parte de las entidades financieras", afirma la administración concursal en su demanda. La "mala fe" de los bancos se concreta "en el conocimiento que tuvieron de la situación económica" del grupo. Y entre las entidades financieras, la que mejor debía conocer la verdadera situación de la compañía era Caja Castilla La Mancha, que además de liderar la refinanciación del grupo (32 millones) era accionista, con el 13% del capital. La entidad incluso introdujo una cláusula en el préstamo sindicado entregado a DHO en agosto de 2008 por el que la compañía tenía que abonarle una "comisión de agencia" de 15.000 euros anuales.