El miedo a otra recesión y el cisma europeo desfondan las Bolsas
El Ibex cae un 4,69% y las primas de riesgo de España e Italia se disparan. El miedo a la nueva recesión global que prevé el FMI y la certidumbre de que Europa es incapaz de resolver la crisis de Grecia, quien ha asumido que incumplirá el objetivo de déficit, devolvieron ayer los peores miedos al mercado. Con las primas de riesgo disparadas y la banca desplomándose, el Ibex firmó su tercera peor sesión en el año, al caer el 4,69%.
Se acabó el respiro. La semana pasada pudo parecer que los incendios estivales habían pasado. Sin embargo, el olor a quemado que ya desprendían los parqués el viernes se reveló ayer como una gran hoguera, alimentada con títulos bancarios, que atacó con violencia los grandes índices bursátiles. Gasolina no ha faltado. Al cisma que ha abierto en Europa la búsqueda de una solución para Grecia, y de un cortafuegos para la crisis soberana, se le ha sumado este fin de semana el temor a una nueva crisis planetaria.
La nueva directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, declaraba en un periódico alemán que el mundo corre el riesgo de entrar en otra recesión de forma inmediata. La recomendación de austeridad y recapitalización de la banca que hizo la que fuera ministra de Finanzas de Francia fue contestada ayer por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. "Nosotros no anticipamos una recesión en Europa", espetó desde Australia, donde se encuentra de visita oficial. Sin embargo, el mandatario europeo tuvo que matizar que el crecimiento del Viejo Continente este año será "modesto". Tampoco ayudó su reflexión de que es "prematuro" valorar el efecto de los planes de austeridad, cuando Grecia acaba de asumir que será incapaz de hacer frente al plan de recorte del déficit.
La pesadilla ateniense tiene, además, visos de continuar. Europa tiene pendiente aprobar este mes el segundo plan de rescate del Estado heleno, pero por el momento lo único que avanzan son las discusiones en torno al método, el papel de los acreedores y las garantías que debe dar el país. Por si fuera poco, el revés electoral que ha vuelto a sufrir la Unión Democrática Cristiana (UDC) de Angela Merkel en los comicios regionales del domingo hace prever un nuevo giro de la canciller hacia la ortodoxia económica, opuesta a la emisión de eurobonos.
En cualquier caso, la doble velocidad a la que corre la confianza en los estados europeos quedó ayer claramente marcada, con la prima de riesgo griega en máximos históricos, de 1.746 puntos, y el tipo de interés que paga Alemania por endeudarse en mínimos, al 1,84%. A su vez, el perfil de riesgo soberano español, que la semana pasada se situaba por debajo de los 300 puntos básicos, se disparaba ayer a 341 puntos.
Otro de los focos de tensión fue Italia, a la que "Merkel presiona para que cumpla el ajuste fiscal que se prometió", expone José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. Los rumores de una bajada de rating sobre el país no tardaron en aparecer, añaden en Finagentes.
"Solucionar la crisis soberana es clave para el sector financiero", recordaba ayer Nuria Álvarez, analista de Renta 4. En esta línea, el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, vaticinó que muchas entidades "no sobrevivirían en el caso de tener que revaluar sus carteras de deuda soberana a precios de mercado". Ayer, el sector cotizado en Europa se dejó ayer un 5,9% de media.
El peso de la banca en las Bolsas, y el pesimismo generalizado, tumbaron al Dax alemán un 5,28%, al Cac francés, un 4,73%, y al MIB italiano, un 4,83%. El Ibex 35 sufrió su tercera mayor caída del año, un desplome del 4,69% que amenazó con arrebatarle los 8.000 puntos. Acabó el día en los 8.066,5. Wall Street, cerrado por el Día del Trabajo, ni sumó ni restó.
El panorama, no tiene visos de mejorar. "El otoño será duro y el mercado se empieza a dar cuenta de que quedan pocas municiones, fiscales o monetarias, a las que recurrir. Para devolver las deudas hay que crecer, y parece que con austeridad no se consigue todo", reflexiona Daniel López Argumedo, de Finagentes. Ni siquiera la nueva remesa de compras de deuda del BCE, bombero oficial de la crisis, ha ayudado a apaciguar las llamas. Por si fuera poco, su próximo presidente, el italiano Mario Draghi, avisaba ayer de que estas ayudas son solo temporales y nadie debe darlas por descontadas. Su mandato comienza en noviembre.