Un esfuerzo para romper la cadena de marginación
Aldeas Infantiles cumple 44 años en España con la complicidad a largo plazo de grandes empresas
Buscar el desarrollo del niño hasta que llega a ser una persona autosuficiente e integrada en la sociedad. Este es el objetivo de Aldeas Infantiles SOS desde su fundación en 1949. Tiene un carácter no gubernamental, interconfesional e independiente de toda orientación política y está instalada en 132 países. Presente en España desde 1967, cuenta con ocho aldeas situadas por todo el territorio nacional, además de residencias y pisos para jóvenes. Asimismo, desde España se financia y mantienen 15 aldeas en Latinoamérica y una en Marruecos.
La organización atendió el año pasado en España a 3.621 niños y jóvenes, un 4,35% más que en 2009, mientras que en Latinoamérica y África cuidó a un total de 11.150, un 52% más que el año anterior. Pedro Puig, director general de Aldeas Infantiles SOS España, recuerda que la misión de la ONG es trabajar no solo en la protección de los menores sino también en la prevención. "Las familias nos llegan mediante los servicios sociales de las comunidades autónomas y trabajamos con ellas antes de que se rompan".
Cuando esto ocurre, Puig subraya que intentan no separar a los hermanos biológicos. "En las aldeas viven con los niños una figura de referencia, que suelen ser madres, aunque a veces también padres, que se hacen cargo de una serie de niños, normalmente unos seis como máximo en España, hasta que puedan desenvolverse", añade.
En las aldeas los niños reciben formación (música, pintura, inglés), van a colegios fuera y tienen programas según sus necesidades hasta la mayoría de edad. "Después, no los olvidamos. Tenemos una red de pisos asistidos donde los jóvenes viven mientras estudian o empiezan a trabajar. Les acompañamos con apoyo económico, educativo o asistencia afectiva. A un chico de 18 años sin referencia familiar no se le puede dejar en la calle".
La ONG dispone también de un programa de egresados, gracias al cuál personas mayores de 30 años "pueden obtener de nosotros ayudas económicas, de apoyo moral o laboral", dice Puig. Un punto fundamental sobre el que descansa esta labor es la ayuda económica de las empresas. En 2010, Aldeas Infantiles obtuvo unos ingresos de 35 millones de euros, un 76% proveniente de la iniciativa privada y el resto de la pública. "Valoramos que haya una sintonía con la compañía. Trabajamos en equipo, con cada una específicamente. Y es que es fundamental que nos entiendan para que realicen, así, una buena responsabilidad social corporativa (RSC) con sus empleados".
De multinacionales a pymes
"Cada vez las necesidades son mayores. A quien más perjudica la crisis es a los niños, así que necesitamos ayuda permanente en el tiempo más que un donativo cuantioso que, luego, no tiene continuidad", explica Puig. Por este motivo, indica que suelen tener una relación a largo plazo con las empresas, tanto multinacionales como pymes, "por ejemplo, una peluquería", apunta. Algunas de las empresas que colaboran con Aldeas Infantiles son gigantes como Procter & Gamble, Danone, Accenture, 3M, Chevrolet, Mazda, Aviva, Reale o más pequeñas como Vidrala. Las compañías pueden colaborar con donativos de 10.000 euros anuales durante tres ejercicios, de 1.000 euros al año o de 40 euros mensuales para las pymes. "Los donativos ayudan pero no solucionan. Somos una ONG de largo recorrido que necesitamos planificar bien nuestros compromisos de cara a los distintos programas en marcha. Con la crisis hemos vivido un aumento de los donativos puntuales".