La Bolsa sucumbe otra vez al temor a la recesión
Los malos datos de EE UU y Grecia desatan una caída del 3,4% en el Ibex
La última sesión bursátil de la semana puso de manifiesto la fragilidad de los recientes avances. Las principales Bolsas se colocaron en números rojos al poco de abrir Wall Street y concluyeron con descensos superiores al 2% en toda Europa. El argumento fueron los malos datos de empleo en EE UU y el anuncio del Gobierno griego de que no podrá alcanzar el objetivo de déficit del 7,6%, ante una contracción económica del 5%, frente al 3,8% previsto inicialmente. En EE UU, la tasa de paro se quedó en el 9,1% y no se generaron nuevos empleos netos en agosto, cuando el consenso de mercado apuntaba a la creación de unos 68.000 puestos de trabajo en el sector no agrícola. Este dato coincidía además con el hecho de que los mercados llevaban cuatro jornadas consecutivas al alza, lo que animó a recoger beneficios. El Ibex cedió un 3,4% y terminó en 8.463,5 puntos. El Dax de Fráncfort bajó un 3,36%; el Footsie de Londres, un 2,34%; el Cac de París, un 3,59% y Footsie MIB de Milán, un 3,89%. En Nueva York, epicentro de la tormenta, el S&P 500 se dejó un 2,53%; el Nasdaq, un 2,58% y el Dow Jones, un 2,2%.
Los últimos datos económicos que se van conociendo revelan una desaceleración global. En una carta enviada por Goldman Sachs a los hedge funds que operan con ellos, el banco dibujó un panorama sombrío para el sector financiero europeo y el negocio minorista americano, impulsor tradicional de la creación de empleo, así como un parón en el crecimiento económico de China.
En este entorno han vuelto a surgir las voces que pronostican una nueva recesión global, como el célebre economista Nouriel Ruobini, y también recomendaciones al BCE, que se reúne el jueves próximo, para que baje tipos. Es el caso del consejero delegado de Pimco, la mayor gestora del mundo de renta fija, Mohamed El-Erian, que está convencido de que el BCE rectificará su política monetaria cuando los riesgos de crisis económica se hagan más evidentes.
Todos contra el S&P
El dato que mejor ilustra la situación son las posiciones cortas (apuestas bajistas) contra el S&P 500, el índice que sirve como termómetro del estado de ánimo bursátil, que han alcanzado el máximo nivel desde noviembre pasado. El porcentaje de posiciones cortas sobre acciones del S&P 500 alcanzó el 3%. Puede parecer poco, pero el máximo previo al crac de 2008 era del 5,5%.
En cualquier caso, conviene recordar que el ajuste del viernes llega tras varias sesiones consecutivas al alza. De hecho, el balance semanal del Ibex es positivo, con una ganancia del 3,4%, la mejor semana desde mediados de julio. Sacyr es el valor que más rentabilidad ha aportado, con un 12,26%; le siguen OHL (10,89%), Repsol y Técnicas Reunidas, ambos con un 8,67%. El tono fue similar en el resto de Bolsas.
Test de estrés al bofa
Bank of America empezaba a recuperarse de su descalabro en Bolsa tras el cable financiero de Warren Buffett y su desinversión en el banco chino CCB. Pero el viernes volvió a a registrar fuertes caídas, el 8,34% al cierre, tras publicar The Wall Street Journal que la Fed ha solicitado sus datos de negocio y un plan de contingencia por si su situación empeora.
Sube la presión en los bonos
La búsqueda masiva de valores refugio impulsó el viernes al bund alemán hasta mínimos históricos, mientras obligó a subir la rentabilidad del bono español, que pasó del 5,05% al 5,12%. El rendimiento exigido al bono germano a 10 años cayó al 2,008%, que supone el nivel más bajo desde la unificación de Alemania. Esto provocó que la prima de riesgo de España volviera a rebasar los 300 puntos básicos y se situara en 308 puntos. Italia, el último en unirse a la lista de países débiles, sufrió incluso más, al situarse en 324,5 puntos. Cabe recordar que la última vez que los spreads de ambos países superaron los 400 puntos, el BCE tuvo que intervenir de emergencia comprando 22.000 millones para evitar que España e Italia terminaran siendo intervenidos.Pese a que las últimas incertidumbres proceden desde Estados Unidos, el bono americano siguió haciendo buena su condición de valor refugio y la rentabilidad del Treasury a 10 años volvió a situarse muy cerca del 2%.Estos movimientos del mercado se tradujeron en un significativo reajuste del euro, que retrocedió por cuarta jornada consecutiva hasta situarse en 1,42 dólares por unidad frente a los 1,45 dólares a los que empezó la semana.