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Columna
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Bienvenida a la inacción de la Fed

Los inversores pueden haber quedado brevemente decepcionados, pero Ben Bernanke tenía razón al no anunciar una nueva ronda de flexibilización el viernes en Jackson Hole. Aparte de su probable ineficacia para sacarle el jugo a la economía de EE UU, el presidente de la Reserva Federal (Fed) se enfrenta con la disensión del Comité Federal de Mercado Abierto (CFMA). Eso convierte al encuentro ampliado a septiembre en el nuevo centro de atención.

Los mercados tenían la ligera esperanza de que Bernanke anunciara más compra de bonos, como el año pasado. Pero los analistas sintieron que sus opciones son ahora más limitadas. La última ronda de flexibilización cuantitativa fue mínima incluso en las mentes de sus partidarios en la Fed. Y la promesa del CFMA del 9 de agosto -de mantener los tipos de interés en niveles bajísimos hasta 2013- ya implicó discrepancias en tres de los diez miembros del comité que votaron.

Uno de ellos, el presidente de la Fed en Filadelfia, Charles Plosser, robó incluso un poco el protagonismo a Bernanke cuando aseguró, antes del discurso del presidente de la Fed, que una ronda de flexibilización no ayudaría a la economía.

Todo lo que no se dice es que el presidente de la Fed no querrá desplegar más armamento monetario en determinado momento. Pero subraya el creciente escepticismo al que se enfrenta incluso en el seno del CFMA -por no mencionar el Congreso-. Eso puede explicar por qué ha ampliado el próximo encuentro de un día a dos, en septiembre. Esa comisión es probablemente el lugar indicado para hacer política en cualquier caso. Pero Bernanke necesita también mantener a todos los colegas que pueda a su lado.

La inacción puede ser también la mejor política el próximo mes, incluso si Bernanke tiene ganas de hacer más. Pero con la falta de dinamismo en la economía y los mercados, el discurso de Bernanke en las montañas podría haber tenido éxito solo para que los mercados retiren la lupa de la política monetaria durante unas semanas.

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