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Columna
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Ajustar la ayuda financiera a la UE

Los bancos de la zona euro están en el área de peligro. Las fuentes habituales de liquidez se secan a medida que los acreedores acortan sus plazos de vencimiento. La buena noticia es que tienen acceso sin límite a los dólares y euros de las facilidades de apoyo del BCE -como la entidad anónima que tomó prestado 500 millones de dólares-. El problema es que este apoyo puede provocar la pérdida de confianza que pretende evitar.

El usuario de las facilidades de liquidez del BCE es anónimo por el momento. Esto es habitual en las facilidades de intercambio de dólares del BCE, donde toma dólares de la Fed y los presta a los bancos europeos durante siete días, y para su facilidad marginal de crédito (FMC), que proporciona euros de emergencia de un día para otro a cambio de una comisión.

Pero, como aprendió el Banco de Inglaterra (BoE) en 2007, esto puede que no dar la suficiente protección a los bancos. En agosto de ese año, una entidad de crédito de repente tuvo que pedir prestado cientos de millones de libras del BoE. El banco británico no se identificó, pero no pasó mucho tiempo para que periodistas e inversores empezaran a señalar con el dedo a Barclays. Frente a un posible éxodo de capital, el banco británico explicó rápidamente que el uso se debió a un problema técnico.

El BoE se dio cuenta de que Barclays fue víctima de un gran defecto en el apoyo del banco central. Los acreedores huyeron de todos los bancos que parecía iban a pedir ayuda, ya que no sabían si los problemas eran técnicos, auténticos o sistémicos. La solución del BoE fue dividir las facilidades en dos -para accidentes como el del Barclays, y otros- la Facilidad de la Ventanilla de Descuento (FVD).

Pero el BCE parece haberse estancado en 2008. No solo se revela el uso del FMC diariamente, sino que los inversores no pueden saber si su empleo se reduce a un pequeño lío o a una catástrofe. Los inversores en busca de transparencia dirán que la política del BCE es la correcta. Después de todo, es mucho más fácil distinguir a un banco en problemas en Reino Unido que a 6.000 en la zona euro. Además, se necesitaría el consentimiento de la Fed. Pero si los bancos ahora se quedan fuera por solicitar estas facilidades, las operaciones de Fráncfort pueden ser demasiado reveladoras.

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