El BCE compra otros 14.291 millones de euros en deuda europea
El Banco Central Europeo volvió a ejercer de bombero la pasada semana ante la llamas especulativas que amenazan la estabilidad del euro. El organismo que preside Jean-Claude Trichet compró 14.291 millones de euros en deuda soberana europea, en un nuevo intento por apaciguar el ascenso de la primas de riesgo de los Estados miembros. La operación, comunicada ayer por el organismo, se produjo solo una semana después de que el BCE batiera su propia marca al adquirir 22.000 millones de euros en bonos soberanos de la zona euro.
Es de presumir que en la última ronda de compras, como en la anterior, el BCE ha mantenido la táctica que anunció a comienzos de mes de centrar sus adquisiciones en emisiones de España e Italia. El argumento es que las dificultades para financiarse que están sufriendo estos dos países en las últimas semanas, en los que se han convertido en una de las dianas más castigadas del panorama, ponen en peligro el futuro mismo de la moneda común.
Antes de este giro en la crisis soberana, el BCE se había centrado en el apoyo de países de menor tamaño, como Grecia, Irlanda y Portugal, y el máximo desembolso semanal registrado había sido de 16.500 millones. Dicho movimiento se produjo en la primavera de 2010, cuando Europa se vio obligada a rescatar a Atenas. Desde entonces, e incluidas las transacciones de las últimas semanas, el BCE ha adquirido papel de la zona euro por valor de más de 110.000 millones de euros.
Las últimas compras de Trichet tuvieron lugar en paralelo a la reunión que Francia y Alemania celebraron para atajar la crisis de la deuda, pero de la que no nació ninguna decisión concreta para combatirla, descartándose la creación de eurobonos. Berlín ratificó esta decisión el domingo. Durante la semana pasada, el interés del bono español a 10 años pasó del 4,99% al 4,96%.
Adquisición polémica
El programa de compra de deuda pública del BCE, reactivado a comienzos de agosto por los ataques recibidos contra España e Italia, no está exento de polémica. Hay quien aduce, incluyendo a miembros del consejo del organismo, que son responsabilidades fiscales que no le corresponde asumir.