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Columna
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Alemania suaviza el centro de Europa

La salida de la zona euro de la crisis acaba de hacerse un poco más difícil. La economía alemana creció solo un 0,1% en el segundo trimestre. La decepción coincide con la debilidad de los datos para el conjunto de la zona euro y refuerza la impresión de que las economías centrales sienten el "bache" mundial. La capacidad de Europa para distanciarse de los problemas está en duda. Y no está claro qué puede hacerse al respecto.

Las Bolsas europeas cayeron alrededor del 1% en respuesta a los datos alemanes. Pero sería un error reaccionar de forma exagerada a estas cifras. Los primeros tres meses del año fueron especialmente fuertes en Alemania y, teniendo en cuenta el total del primer semestre, la economía crece aún a una tasa anualizada de alrededor del 3%, según JP Morgan. Sin embargo, las encuestas empresariales de julio mostraron una desaceleración y las perspectivas de una vuelta rápida en el tercer trimestre parecen lejanas.

El panorama en el resto de Europa es una mezcla. Italia fue también una decepción y Francia no creció nada en el segundo trimestre. Pero los vecinos de Alemania, Bélgica y Austria crecen, e incluso la economía española se expandió un poco.

Los datos hicieron ayer de serio telón de fondo para la cumbre entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Pero no es aún lo suficientemente sombrío para justificar un cambio de sentido político radical. Muchos pueden argumentar que las medidas de austeridad han ido demasiado lejos y que debería aflojarse el cinturón. Incluso Christine Lagarde, nueva directora del FMI, ha hablado sobre la necesidad de equilibrar un ajuste fiscal a medio plazo con políticas a corto para apoyar el crecimiento. Pero, como parece reconocer, los mercados quieren ajustes fiscales aquí y ahora.

El BCE ha incrementado los tipos de interés dos veces hasta el 1,5%, y ha indicado que está dispuesta a mayores subidas. La situación no es lo bastante oscura como para justificar recortes. Aunque aplazar los incrementos previstos sería una forma de flexibilización. En este momento, la zona euro parece necesitarlo.

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