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Muestra itinerante en Londres

El museo de historia (amorosa) antigua

Zagreb ofrece una alternativa museística que habla de una historia que no recogen los libros: la de las parejas que fueron. El 'Museo de las relaciones rotas' transporta su exposición itinerante a Londres, donde los visitantes pueden añadir sus propias piezas a la colección.

Pieza del Museo de las relaciones rotas
Pieza del Museo de las relaciones rotas

Al principio, todo es etéreo. Las mariposas que revolotean el estómago, el brillo en los ojos, la suavidad de las palabras. Pero al final, lo que queda son restos materiales. Los regalos hechos y recibidos, las fotografías colgando de la pared, las cartas de adiós en el cajón. Cuando se rompe una relación, ¿qué hacer con los objetos que la atestiguaron?

Entre amontonarlos en cajas y venderlos para sacar algo del idilio interrumpido, los croatas Olinka Vistica y Drazen Grubisi supieron encontrar una solución intermedia. Cuando la pareja que formaron durante cuatro años se rompió en 2003, entre risas, se propusieron montar un museo con los vestigios que quedaron de ella. Tres años de separación después, ya como amigos, la idea se hizo realidad. Con las aportaciones de allegados, montaron el Museo de las relaciones rotas en Zagreb.

La muestra, además, tiene una facción itinerante. Desde el 15 de agosto hasta el 4 de septiembre, y después de haber pasado por Eslovenia, Alemania y Bosnia-Herzegovina, hace parada en el teatro Tristan Bates de Londres. En cada alto en el camino, la muestra se alimenta de nuevas piezas donadas por los propios visitantes.

Un gnomo de jardín, un hacha, un teléfono móvil o una pierna ortopédica son solo algunos de los variopintos objetos que un día materializaron una unión y que hoy glorifican su desaparición. Con ellos, se ponen en común experiencias íntimas y se atestiguan sentimientos remotos. Juntos, componen la arqueología de la historia amorosa antigua.

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