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Pau García-Milá. Fundador y CEO de EyeOS

"Si hubiera vendido con 21 años, me lo habría fundido"

Con apenas 23 años, dirige la más prometedora empresa española de informática, creadora de un sistema operativo en la nube que se acerca al millón de usuarios en todo el mundo.

Pau García-Milá
Pau García-MiláJuan Lázaro

La entrevista se realiza después de que García-Milà acudiera a un almuerzo con los Príncipes de Asturias, parte del protocolo de uno de sus más recientes premios como emprendedor y gran promesa de la informática nacional, el Impulsa Empresa, otorgado por la Fundación Príncipe de Girona. "Esta es mi camisa de ver príncipes, es una suerte que no me hayáis pillado con camiseta", afirma con su naturalidad habitual. Por cierto, que admite que también olvidó llevar una tarjeta de visita para dejarles.

¿Usted les habla igual también a los Príncipes, con esta franqueza?

No, no. Digo lo que pienso de la misma manera, pero no me gusta ir de guay, tratar de tú a gente que está acostumbrada a que la traten de usted. Es absurdo. Lo que sí hago es decirles lo que de verdad pienso. Hay demasiados jefes que solo quieren oír la aprobación de los subordinados, no la realidad de las cosas.

Como jefe, ¿qué dimensión tiene ahora mismo su empresa?

Somos 30 personas en estos momentos. Acabamos de mudarnos a una oficina céntrica, en Ramblas con Plaza de Catalunya. Empezamos en 2006 sin un solo euro y el año pasado tuvimos un volumen de negocio de 1,2 millones. Recién fichamos al ex director general de Deutsche Bank en España, Michel Kisfaludi. Tenemos casi un millón de descargas de EyeOS y acuerdos con empresas como Telefónica e IBM...

Pero ¿cómo se rentabiliza un producto gratuito?

Ofreciendo servicios que no lo son, claro, que es el modelo con el que está creciendo el software libre. Ofrecemos soporte, mantenimiento, consultoría, formación para las grandes empresas... Nuestro proyecto actual es limitarnos al producto genérico y contar con una serie de partners que lo personalicen para funciones concretas, llevando el trato con el cliente final. IBM es una de ellas, por ejemplo. También tenemos externalizada la web en la que los usuarios incorporan sus aplicaciones.

¿Cómo va la implantación por países?

España y Estados Unidos vienen a tener el 14%; España era el 42% en 2009, y aunque creció, lo hizo mucho más fuera. Luego estamos bien en Francia, Alemania, Brasil e India.

¿No choca cuando un español presenta fuera un proyecto tecnológico?

Alguna tontería sobre siesta y paella escucho, sí, o que el nuestro es un "modelo muy americano".

¿Tiene referentes en su trabajo, modelos a seguir?

Como individuos, bastantes: Didac Lee, el creador de Zyncro entre otras empresas; Belinda Galiano y Paco Ragageles, de Campus Party; Jon Hall, el presidente de Linux Internacional... Entre las empresas, Red Hat fuera y Futura en España.

¿Cuántas ofertas de compra han tenido?

Tres. La última, la única seria, hace año y medio. Pero la verdad, creo que actuamos de manera sensata. Imagínate, unos chavales con 21 años y una pasta; nos lo habríamos fundido y luego, ¿qué hacer? Hay que ser lo suficientemente maduro para tener cierta cantidad de dinero, para saber valorarlo.

¿Y no le apetecería dedicarse a sus hobbies, por ejemplo?

Puf, no me veo transformado en un inversor que se dedica al golf. Me aburro mucho si hago la misma cosa mucho tiempo. Tampoco me interesan especialmente otros asuntos más que el trabajo, el programa de radio y estar tiempo con mis ahijados. Soy muy niñero, eso sí.

Usted da conferencias sobre su experiencia como emprendedor. Hágame un resumen.

Creo que ser emprendedor es más que nada una actitud. En vez de tantos másteres, habría que hacer que la gente se pusiera a la faena. Y que no fueran solo empresarios: que tuvieran el trabajo que fuera y, además, intentaran sacar adelante su sueño. Guardia urbano y emprendedor, informático y emprendedor, taxista y emprendedor. Y si se obtienen pequeños éxitos, seguramente se conseguirá que alguien con posibilidades de invertir no tenga miedo a unirse a ti.

¿Cómo anda el apoyo a los emprendedores?

Regular. La gente anda empeñada en que la situación la puede arreglar Zapatero reunido con las grandes empresas. Vale, igual crean 20.000 empleos. Pero si se respalda a 20.000 emprendedores, quizá se generen 200.000 empleos. Por otra parte, también la gente debería ser más valiente con sus ideas. Y con aceptar las iniciativas nuevas: este es el país del "si funciona, no lo toques", aunque retrasar los cambios pueda suponer pérdidas. Aquí, si un director de informática de una empresa se gasta medio millón de euros en Microsoft y sale mal, tiene la excusa de que hizo lo que todos; si se gasta 250.000 en una empresa española y hay cualquier problema, le despedirán.

Radio, conferencias y su primer libro

La idea de EyeOS parece hoy sencilla, pero no lo era tanto cuando Pau García-Milà creó con un par de amigos de Olesa de Montserrat su empresa tras salir de la Facultad de Informática de la Universidad de Barcelona.EyeOS es un escritorio virtual, es decir, al que se puede acceder desde cualquier ordenador abriendo simplemente el navegador y accediendo a la web con sus propias contraseñas. Robusto y seguro, ha merecido los elogios de buena parte de la comunidad informática internacional.Lejos de conformarse con este éxito, o con la decepción que supuso no haber encontrado por entonces financiación para un proyecto similar a lo que hoy es Twitter, García-Milà planea nuevas creaciones y dedica su tiempo a dar cuenta de su trayectoria, en particular reflexionando sobre su experiencia como emprendedor.Así, dirige un programa semanal en COM Radio "en el que no solo hablamos de éxitos, también de fracasos", y que ha contado con entrevistados como la ministra Garmendia. También ofrece conferencias "casi siempre a gente mayor que yo, con más estudios e idiomas que yo, y que saben más que yo cosas que pasan", y ha publicado su primer libro, Está todo por hacer (Plataforma Editorial): un texto con un mensaje positivo para empujar a crear proyectos y con padrinos de auténtico calado, ya que los prólogos son del príncipe Felipe y de Jordi Pujol, y el epílogo, de Felipe González.

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