Hacer el agosto con derivados en plena tormenta financiera
Los especuladores pueden obtener grandes beneficios en minutos.
Subir un 2% por la mañana y hundirse un 6% por la tarde. ¿Quién gana con esta locura? Lo ocurrido en las Bolsas en las últimas jornadas es el paraíso de los especuladores. Y la situación sigue el mismo patrón. El trading con derivados puede generar ganancias multimillonarias... siempre que se acierte con la dirección.
Por ejemplo, con un solo futuro sobre el Ibex se hubieran podido ganar el miércoles 6.700 euros. Para conseguir esta hazaña hubiera sido necesario ponerse corto (vender un futuro) en la apertura del Ibex -comenzó la sesión en 8620 puntos- y poner fin a la posición unos minutos antes del cierre, en 7.952. Cada uno de los 668 puntos (8.620-7952) que se hubieran ganado equivale a 10 euros.
El caso anterior es extremo pero, aunque complicado, es posible. "Con el mercado de bonos intervenido, la única pista libre para los especuladores es ahora la renta variable", explica un gestor de patrimonios de una firma de valores española. "Este el sueño de un especulador. Otra cosa es que sea fácil ganar dinero en este contexto", explica un operador.
No hay explicación racional para explicar el hundimiento del miércoles, ni tampoco lo que ocurrió ayer. ¿Los inversores se convencieron en cuestión de unas horas de que la recesión mundial es inevitable y de ahí la oscilación de más de un 7% en la Bolsa? No tiene lógica.
La espiral bajista
Las órdenes de venta se retroalimentan. Fernando Hernández, director de gestión de Inversis, explica que son muy estrictos a la hora de soportar determinados niveles de pérdidas. "Ya no hablo de stop loss desde el punto de vista del análisis técnico, sino de números rojos que serían muy difíciles de recuperar", agrega.
"El pánico es el que guía los movimientos en momentos como el actual; el mercado deja de ser tan eficiente como cabría esperar", sentencia otro experto. Algunos inversores prefieren vender a cualquier precio antes que arriesgarse a perder un 10% adicional. Este tipo de ventas compulsivas son las que desatan las caídas en picado. El reducido volumen de negocio propio de agosto es un ingrediente adicional que aviva los altibajos.
El papel de los robots
Las máquinas están teniendo bastante que ver con los inexplicables movimientos de la renta variable. Los robots financieros son programas de software que permiten ejecutar órdenes bursátiles a gran velocidad y combinando multitud de estrategias.
Hay debate sobre su incidencia real en el mercado. Respecto a su importancia global, las cifras varían entre el 50% y el 70% de todo el volumen bursátil, sobre todo a través de HFT (High Frecuency Trading). Colt, una multinacional especializada en servicios de telecomunicaciones, confirma que la operativa automatizada representa "más del 60% de las operaciones que se realizan en el mundo" y su importancia será creciente, según publicó CincoDías.
De hecho, entre los ganadores de esta locura algunos inversores proclaman su éxito, como Tradeworx, una filial del banco estadounidense ha conseguido en estos días de agosto sus mayores volúmenes de negociación desde su lanzamiento en 2009, según su fundador, Manoj Narang, recoge The Wall Street Journal. Una de las consecuencias de esta operativa masiva informatizada, en la que todos los programas se posicionan en la misma dirección con el objetivo de adelantarse al resto, es lo que se denomina flash crash. En definitiva, los sentimientos habituales que mueven los mercados, euforia y pánico, encuentran en la operativa automática una fórmula con la que multiplicar su efecto, que encuentra mayor eco todavía en el mes de agosto, cuando el volumen de contratación suele ser inferior.
Aun así, las fuertes oscilaciones del mercado también ponen a prueba la pericia de los inversores más especulativos ya que, en un entorno de elevada volatilidad, una apuesta errónea puede dejar cuantiosas pérdidas. Es el caso de quienes apostaran por un recrudecimiento de las cuentas públicas de España e Italia y calibraran mal el momento en que el BCE estaba dispuesto a comprar bonos soberanos de estos dos países en el mercado secundario. Pese a las dudas que surgieron la semana pasada, las adquisiciones que comenzaron el lunes han relajado la prima de riesgo de ambos países en más de 100 puntos básicos.
Volatilidad en máximos de marzo de 2009
Los niveles de volatilidad actuales no son comparables a las cotas alcanzadas en las jornadas de vértigo que sucedieron a la crisis de Lehman Brothers, a pesar de que la intensidad de las caídas bursátiles vistas recientemente hacen recordar aquellos días. El índice Vix de volatilidad, referencia para Wall Street, ha escalado desde niveles del 16% a principios del mes de julio hasta los niveles actuales del 40%, tras rozar el 50% este lunes. Aun así, este avance queda lejos del 80% del otoño de 2008, en plena resaca de Lehman. El índice de volatilidad de referencia en Europa, el Dax, ha subido a niveles no vistos desde marzo de 2009, coincidiendo con los mínimos bursátiles de la presente crisis financiera. Se mueve en el nivel del 40% y ha llegado a superar las cotas alcanzadas en mayo de 2010, cuando estalló la crisis de deuda soberana que colea hasta hoy.