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Lorenzo Silva. Escritor

"Este tiempo será juzgado como ocasión perdida o regeneración"

Consolidado como uno de los superventas españoles gracias sobre todo a la serie de los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, Silva diversifica su actividad en el periodismo y las iniciativas culturales.

Tras 15 años publicando con creciente éxito, Silva dio esta primavera un paso importante: poner a la venta online sus obras a un precio reducido. Es el primer escritor nacional de éxito prolongado que toma esa medida de manera independiente.

¿Cómo ha funcionado ese experimento?

Mi balance es positivo, si consideramos cómo está el mercado y la existencia masiva de una oferta irregular y gratuita que abarca a toda mi obra. El público está dispuesto a pagar por algo que podrían conseguir gratis. Si tenemos además en cuenta que no hay muchos aparatos, los mil e-books vendidos el primer mes me parecen un dato esperanzador. El último de mis libros que ha llegado a bolsillo, a la vez que se ponía a la venta el e-book, solo ha vendido un 10% menos, que bien puede atribuirse a la crisis.

¿Por qué cree que las editoriales no han puesto en marcha una oferta similar?

Hay varios factores, desde esa competencia desleal gratuita hasta la existencia de una red de intermediarios, obsoletos en este nuevo entorno, que engordan un tanto artificialmente el precio de los e-books. Y la gente puede estar dispuesta a pagar 3 euros por un fichero, pero no 15.

¿Cuál cree que será el escenario a 20 años vista?

Creo que habrá una convivencia entre el formato electrónico y el papel. Los libros, a diferencia del CD, cumplen funciones insustituibles. Desde los caros con valor afectivo hasta los baratos, que son prácticos y pueden ser luego regalados o reciclados. Mientras, los formatos electrónicos siempre van quedándose obsoletos; ahora manda el ePub, pero pronto todo estará en la nube... Lo que no tiene sentido es pensar que el papel mantenga el 100% de cuota de mercado.

Ha escrito varias novelas situadas en periodos históricos especialmente agitados para España. ¿Cree que el actual será visto de forma similar por los novelistas futuros?

Por suerte, todavía estamos en una tragedia atemperada, no nos andamos matando por las calles. Aunque hay una tragedia española de mil muertos aún coleando, un episodio crucial que tendrá protagonismo futuro por su proyección mítica y que creo que será reinterpretado sin que las medallas correspondan a quienes hoy se las cuelgan...

¿Cómo interpreta entonces la situación actual?

Es la primera gran crisis de la democracia. Su nacimiento fue traumático, pero se encauzó generando unos mitos fundacionales. Desde entonces hemos vivido en calma chicha y dejamos bastantes deberes sin hacer. Entre ellos, permitimos que ciertos desaprensivos actuaran a su antojo. Cuando llegó una gran crisis económica, aquí explotó también nuestra propia situación. Nos corresponde decidir si este momento será visto en el futuro como una ocasión perdida o como el inicio de una regeneración.

¿Cómo ve entonces el movimiento del 15-M?

Es un fenómeno que se cuestiona la situación, entre otras cosas porque nadie más lo hace. A las elecciones parece que se presentan solo dos opciones periclitadas. Es como si las instituciones no acusaran recibo de lo que ha ocurrido en los últimos años...

¿Qué medidas le parecen las más urgentes?

La educación por supuesto es fundamental, porque este país está descapitalizándose. Además, tenemos que decidir qué queremos ser de mayores. Me parece incoherente que se reclame más libertad mercantil mientras se acepta una economía parcialmente intervenida. En una economía de mercado no se puede regalar dinero a quien no genere valor. Hay que aplicar este razonamiento al ámbito público y a la empresa. Proteger a quienes no lo merecen nos está empobreciendo gravemente.

Serie: "Aún puedo dar vueltas a Bevilacqua y Chamorro"

La serie de -por ahora- seis libros protagonizados por Bevilacqua y Chamorro se ha convertido en la principal respuesta española a las sagas policiacas nórdicas o anglosajonas.

¿Siente que las novelas con sus dos guardias civiles oscurecen al resto de su obra, les ha cogido algo de manía...?No, no, en absoluto. Es cierto que son menos del 20% de lo que he publicado y han vendido más que todo el resto, pero no dramatizo esta recepción asimétrica. Hay escritores que se tensan mucho con esto del trabajo creativo, pero yo lo vivo con más naturalidad. La entrada de Wikipedia dedicada a Bevilacqua es mucho más extensa que la mía, pero no solo no me molesta, sino que me hace gracia... También depende mucho de cómo sean los personajes: Conan Doyle, por ejemplo, acabó aborreciendo a Sherlock Holmes, pero es que este era un personaje muy cerrado en su brillantez, muy limitado.

¿Habrá entonces más libros de la serie?Con seguridad. Aún puedo dar varias vueltas a los personajes sin forzarlos. Además, he reservado referirme a su pasado, que en el caso de Bevilacqua puede ser sustancioso. Por lo demás, ahora llevo ocho meses en un proyecto totalmente distinto, y por supuesto lo estoy disfrutando.

Aunque toca muchos palos, es conocido sobre todo como autor de novela negra. Además de ventas, ¿han conseguido ya los géneros una parcela propia en España?Es verdad que el establishment literario es bastante carca en España. Pero el hecho de que se me considere un escritor especializado, aunque no lo sea, no me ha cerrado ninguna puerta de acceso a los lugares donde me interesa estar. Ya no es algo incapacitante. Y tuvimos un buen precedente, cuando las cosas eran bastante más difíciles, en Manuel Vázquez Montalbán, que también hizo mucho más que novela negra aunque sea lo más recordado.

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