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Columna
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El dólar sigue en pie

Se necesita algo más que una rebaja de Standard & Poor's y dos años con tipos de interés muy bajos por parte de la Reserva Federal (Fed) para que el dólar deje su lugar como moneda de reserva mundial. A pesar de los múltiples contratiempos, el dólar sigue siendo la lengua franca del comercio global y la moneda escogida por los bancos centrales extranjeros.

El compromiso de la Fed de mantener los tipos de interés excepcionalmente bajos hasta mediados de 2013 está destinado a provocar otra ola de protestas internacionales - con buenas razones. El bajo precio del dinero convierte al dólar en mucho menos atractivo de mantener, conduciendo a los inversores hacia alternativas más seguras como el franco suizo y el yen. Sin embargo, este hecho junto con la decisión de Standard & Poor's de despojar a Estados Unidos de su calificación triple A a finales de la pasada semana, hacen que el dólar sin duda deba recibir un golpe duro. El índice dólar, que mide el valor del dólar en relación a una cesta de monedas, se encuentra en un depresivo nivel de 74, pero aún muy por encima del 71,3 de principios de 2008.

Una gran razón es que un dólar fuerte sigue siendo el mayor interés para el mundo. A pesar de perder más de un tercio de su valor durante la última década, los ahorradores han llenado con él los colchones de sus bancos centrales. Según el FMI, el dólar representa hasta el 61% de los 5,3 billones de dólares en reservas de divisas en el mundo - con pocos cambios en los últimos dos años. Nuevas compras en el primer trimestre favorecieron al dólar a medida que algunos bancos centrales compraron billetes verdes para controlar la apreciación de su propia moneda.

Sin embargo, las acciones de S&P y la Fed han sangrado claramente más al dólar. Y es este sangrado que viene de mil cortes, a la vez inevitables y autoinfligidos, lo que a la larga le costará al dólar su dominio.

Por Agnest T. Crane

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