Los turistas viajan a Reino Unido ajenos a la oleada de violencia
Las grandes ciudades británicas se han convertido en auténticos campos de batalla entre la policía y grupos de encapuchados que asaltan edificios, saquean comercios e incendian vehículos. Los agentes se muestran incapaces de contener la oleada de violencia y mantener la seguridad en las calles. Sin embargo, el turismo, ajeno a los problemas, se mantiene estable. Las compañías aéreas no han recibido devoluciones ni cancelaciones en los billetes de los viajeros, según Iberia. En la mañana de ayer, los turistas españoles que guardaban cola en el aeropuerto de Barajas a la espera de tomar su vuelo a la capital británica confirmaron no haber variado sus planes pese a los disturbios y aseguraron no tener miedo, informa Efe.
Al mismo tiempo, los turistas que regresaban al aeropuerto madrileño indicaron que los disturbios han tenido más eco en España que en Inglaterra. "Se ha enterado más mi madre de los disturbios que yo en Londres", indicó una joven española, quien aseguró que se había desplazado hasta el aeropuerto de Gatwick sin problemas. Pese a esta buena noticia, los perjuicios económicos para el país pueden lastrar aún más el ya de por sí débil crecimiento de su economía, que avanzó en el segundo trimestre del año un 0,2% respecto al primero y en tasa interanual un 0,5%. Una de las cadenas líderes en informática, Apple, retiró los productos de sus tiendas de Londres por temor a los saqueos. En su puerta se podía leer: "no hemos dejado mercancía durante la noche".
El primer ministro británico, David Cameron, se mostró inflexible con los "delincuentes" y autorizó el empleo de métodos más contundentes para dispersar los disturbios, como cañones de agua o balas de goma. "No permitiremos que la cultura del miedo prevalezca en las calles", advirtió el jefe del Ejecutivo. Cameron se mostró horrorizado al contemplar que algunos alborotadores apenas tenían "12 o 13 años" y culpó de la situación a "la cultura de la falta de responsabilidad", tanto de los jóvenes como de sus padres.
La madrugada del miércoles fue "más calmada" en la City, ya que Scotland Yard movilizó a más de 16.000 agentes para proteger las calles. Sin embargo, los disturbios se extendieron a otras ciudades británicas como Manchester, Liverpool o Birmingham, donde murieron atropellados tres hombres asiáticos cuando intentaban proteger una propiedad privada, según afirmaron los testigos del accidente. El padre de una de las víctimas mortales afirmó que su hijo "murió tratando de defender a su familia". En Londres, otro joven de 26 años perdió la vida en el barrio de Croydon. En Manchester se vivieron en la madrugada del miércoles "unos niveles de violencia y de delincuencia sin precedentes" afirmó el jefe de la policía local. Hasta seis cuerpos de seguridad solicitaron anoche asistencia.
Sin embargo, el primer ministro británico afirmó que se ha visto "lo peor del Reino Unido, pero también lo mejor", ya que han surgido movimientos populares de rechazo a los disturbios y de apoyo a la policía. En la madrugada del miércoles, centenares de personas salieron a la calle para enfrentarse a los causantes de los altercados y proteger sus propiedades. Además, cubrieron los escaparates de las tiendas saqueadas con mensajes de apoyo a sus propietarios. Mientras, en Manchester, centenares de personas salieron a las calles para limpiar los destrozos. El número de detenidos por las revueltas supera ya el millar mientras ayer se daban a conocer las dos primeras condenas, de 10 y 16 semanas de cárcel.
Recortes en seguridad
El draconiano plan de ajuste promulgado por el primer ministro británico, David Cameron, incluye recortes en los presupuestos de la policía, lo que fue duramente criticado ayer por el alcalde de Londres, Boris Johnson, quien afirmó que "no es el momento de realizar recortes sustanciales en el número de policías". A falta de un año para la celebración de los Juegos Olímpicos en la capital británica, la policía ha demostrado su incapacidad para mantener el orden en la ciudad y los nuevos recortes ponen en duda la seguridad de los Juegos. Johnson afirmó que sería "bueno" que el Ejecutivo se replantease la situación.