Obama: "Queda trabajo por delante para ordenar las finanzas de EE UU"
El presidente de EE UU, Barack Obama instó hoy a los congresistas a que dejen de lado la política tras una feroz batalla sobre el techo de gasto, y dijo que deberían trabajar juntos para poner en orden las finanzas de Estados Unidos y centrarse en estimular la economía.
El discurso semanal de Obama fue grabado horas antes de que Estados Unidos perdiera su calificación crediticia triple AAA.
El presidente, cuya reelección en 2012 pende de su capacidad para reducir el alto nivel de desempleo, pidió al Congreso que respalde medidas para reducir impuestos a la clase media, extender los beneficios a los
desempleados y aprobar los retrasados pactos comerciales internacionales.
Al mismo tiempo, Obama -que fue informado con antelación de la la rebaja aplicada por S&P - desafió a demócratas y republicanos a seguir adelante con el acuerdo alcanzado esta semana en Washington para evitar caer en un impago. "El Congreso alcanzó un acuerdo que nos permitirá hacer algunos progresos en la reducción del défici presupuestario de nuestra nación", señaló el mandatario demócrata.
"Y a través de ese compromiso, ambos partidos tendrán que trabajar juntos para poner en orden en nuestras finanzas", añadió.
El presidente sostuvo que la economía estadounidense depende en gran parte de este esfuerzo bipartidista. También recalcó, sin embargo, que "a corto plazo nuestra misión más urgente tiene que ser lograr que nuestra economía crezca más rápido y genere empleos".
Obama intenta superar las disputas partidistas, después de que demócratas y republicanos alcanzaran un acuerdo de 2,1 billones de dólares para reducir el défici poco antes de que el Gobierno se quedara sin fondos para pagar por sus cuentas.
Pero esa cifra está lejos de los 4 billones de dólares de recortes en diez años que según S&P eran necesarios para colocar a la economía mas poderosa del mundo en una situación fiscal mas sólida y evitar una rebaja en su calificación crediticia.
La agencia también mencionó las arriesgadas maniobras políticas usadas en Washington en las negociaciones para elevar el límite de deuda de 14,3 billones de dólares, señalando que era una fuente de incertidumbre sobre la forma en que se tomarán acuerdos en el futuro.