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La crisis de la deuda soberana

El sector financiero sufre la enésima caída y se deja el 4,2%

La cotización de las entidades financieras europeas es la principal damnificada por el mensaje fallido de Fráncfort.

Enésimo descalabro de los bancos europeos. Los mercados se cebaron ayer en el sector al quedar al descubierto la estratagema dialéctica de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE). El sector se dejó en una sola sesión un 4,26%.

Las entidades se beneficiarán de que el organismo de Fráncfort amplíe la barra de liquidez a seis meses, pero las cámaras de contrapartida que han contribuido a restablecer el mercado de financiación interbancaria pueden verse bloqueadas ante el repunte de la prima de riesgo de los bonos soberanos.

Las firmas más castigadas ayer fueron las italianas Intesa Sanpaolo (-10,35%) y Unicredit (-9,33%) y las británicas Lloyds (-10,19%) y Barclays (-7,76%). En el extremo opuesto se encontraron las griegas, cuya valoración apenas varió tras meses de vapuleos.

En comparación, las enseñas españolas aguantaron razonablemente bien el tipo. Los dos grandes bajaron con la media. Santander se dejó un 4,43% y BBVA otro 4,12%. CaixaBank cedió menos, un 2,83%. La banca mediana menguó entre un 3% y un 4%, con dos excepciones: el traspiés de Banco de Valencia (-8,26%) y la postura zen de Banco Pastor (-0,69%).

La alarma del mercado ante el discurso de Trichet cae como la lluvia sobre un pavimento mojado. El sector bancario tuvo que lidiar primero con las posiciones encontradas de los políticos europeos a la hora de articular el segundo rescate a Grecia. Luego vino la participación de los acreedores privados, donde la banca tiene un papel preeminente en la renovación de los bonos del país mediterráneo. Y más tarde se produciría la publicación del test de resistencia.

Las principales entidades financieras de Europa se encuentran en estas semanas en plena presentación de resultados. Y las cuentas siempre contienen algún detalle amargo. A nivel continental, emergen las provisiones para reconocer una depreciación del valor del 20% de los títulos griegos que venzan antes de que acabe 2020.

Pero a este epígrafe se suman las particularidades locales. Los bancos italianos han iniciado un vía crucis que conocen bien sus compañeros españoles: su cotización se hunde ante las dudas sobre la solvencia del país transalpino. Entre tanto, los grupos británicos se han visto obligados a provisionar cantidades astronómicas para atender futuras reclamaciones de sus clientes después de que la Justicia de ese país considerara irregular la venta de seguros contra impagos. Y en España la morosidad mantiene su actitud insurrecta.

Una decena larga de entidades ha perdido un tercio de su valor en el último mes. Pero resulta dramático que HSBC, una de las firmas que mejor aguanta el tipo, se deja aun así un 7,74% en este tiempo.

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