Ruleta rusa en pleno colapso de liquidez
Al parecer, según decía la agencia Bloomberg, Jens Wiedmann, presidente del Bundesbank recién nombrado para Angela Merkel para la tarea (después de ser asesor económico en la cancillería), se opuso dentro del consejo del BCE a la intervención del banco en los mercados de deuda soberana. O a la no intervención, quién sabe. El lunes deberíamos conocer el monto de la intervención. O no (es lo que dijo Trichet). No malinterpreten, a este plumilla no le molesta la falta de transparencia del banco (a veces es necesaria), sino su falta de eficacia y sus profundas contradicciones. Es recomendable el paper de Simon Johnson y Peter Boone sobre el futuro de la zona euro.
Sin ir más lejos, el banco decide ofrecer a la banca todo el dinero que pidan. Barra libre. Muy bien. Pero, al tiempo, no se ataca un problema más importante para la estabilidad financiera: el deterioro de las primas de riesgo de Italia y España. ¿Por qué? No se sabe muy bien, si para evitar la inflación o para impartir un poco de disciplina teutónica entre vagos, maleantes y gentes de mal vivir del Sur de Europa. En todo caso, el resultado es que el BCE imprime dinero para repartírselo a los bancos a discreción pero no lo hace para contener el asalto de los mercados a la estabilidad de la Unión.
Pero eso es pasado. 24 horas son un mundo en el mercado actual, y exactamente 24 horas después de la rueda de prensa del BCE sale el dato de paro de Estados Unidos. En una situación normal podría aliviar los males de la Bolsa, pero lo que pasa en las Bolsas cada día se parece menos a una corrección y más a un crac de liquidez que bien podría llevar al mundo a un nuevo Lehman Brothers. Si leen en algún sitio que todo esto es por el miedo a la desaceleración económica, no sigan leyendo.
El desplome de la Bolsa desde Europa a Japón pasando por EE UU y los mercados emergentes obedece a la búsqueda de dinero en efectivo por parte de los fondos. La Bolsa ya fue en 2008 y 2009 la única forma de conseguir dinero. La banca ha disparado en los dos últimos días el uso de la facilidad de depósito del BCE, es decir, el dinero que tiene se lo presta al Banco Central; no a otros bancos, ni mucho menos a clientes. Los mercados de papel comercial en Estados Unidos (la financiación a corto plazo de las empresas) empiezan a dar síntomas de congelación. Si la gangrena se extiende a los fondos del mercado monetario, el colapso de liquidez será brutal. Por eso incluso el oro o el petróleo se desploman; los grandes fondos están vendiendo lo que haga falta para conseguir liquidez.
Por si acaso. Por si se necesita. Por si alguien la reclama. Cash is King. Hasta el punto de que BNY Mellon cobrará a sus clientes con más de 50 millones de euros en depósitos un cargo de 13 puntos básicos. No quiere el banco que los grandes inversores atemorizados inunden sus cuentes de tesorería.Las letras del Tesoro de EE UU a tres meses llegaron ayer a ofrecer rendimientos negativos.
Gillian Tett, responsable editorial de FT en EE UU y una de las mejores y más influyentes periodistas financieras del mundo escribe hoy sobre las similitudes entre este verano de 2010 y el verano de 2008, previo al crac de Lehman.
En Estados Unidos se empieza a hablar de una nueva ronda de estímulo monetario por parte de la Reserva Federal. Algo que completaría el cuadro surrealista que ha dibujado Jean Claude Trichet: el de una autoridad diletante que juega a la ruleta rusa con la economía mundial ante los atónitos ojos del globo. Eso sí, el ex asesor de Merkel estará tranquilo.
PD.- Disculpas a los lectores por la excesiva volatilidad en el tamaño del tipo de letras, que ha motivado alguna queja que otra. No sé si Typepad tiene libre albedrío o soy yo, pero prometo no obligarles a usar lupa.