La debacle de la deuda hace (aún más) sangre en el Ibex
Los inversores privados han vuelto a cebarse con la deuda española. La prima de riesgo cierra la sesión en 386 puntos tras llegar a rebasar los 400 puntos básicos, máximo en 16 años. La rentabilidad exigida a los títulos españoles ya rebasa el 6,2%, seguida de cerca de la italiana que se aferra al 6%. Mientras tanto, el Ibex cede un 2,18% y se sitúa en mínimos anuales.
Ni el pacto por un segundo rescate griego, ni el acuerdo para evitar la quiebra estadounidense. Nada es suficiente para unos operadores que no parecen haber cogido vacaciones. Las dudas sobre los 'periféricos cercanos', como les denominaba JP Morgan, no se disipan y el mercado de deuda es el mayor ejemplo. La prima de riesgo, diferencia entre la rentabilidad que abonan los títulos nacionales respecto al bund germano, tomado como el más seguro de Europa, ha rebasado los 400 puntos en la apertura de sesión, un nivel que no se conocía desde hace 15 años. Un escalada que, aunque ha ido remitiendo a medida que avanzaba la jornada, ha terminado por ensanchar el diferencial hasta los 386 puntos.
El bono a diez años ya paga un 6,2% en clara competencia con Italia. El otro 'problemático' tampoco ha tenido un mejor día. A los título trasalpinos a una década ya se les exige un 6,1%, casi a la par que los nacionales. Y mientras tanto, el Ibex ha seguido supurando. La debacle en el mercado de la deuda ha continuado haciendo sangre en el selectivo que ha terminado cediendo un 2,18% que le ha impedido conservar los 9.200 enteros. Con el resultado de hoy el índice acumula un descenso de un 9,39% acumulado desde el pasado viernes.
Europa sigue la estela del Ibex
La prima de riesgo partía esta mañana desde los 375 puntos, anterior máximo desde la entrada en vigor del euro que se alcanzó el pasado 12 de julio. Nada más comenzar la sesión dejó atrás esta cota para batir otra nueva marca, superando en menos de diez minutos los 387 puntos. Poco después, el techo era ya de 402 puntos. Esta situación ha despertado las alertas y ha obligado a Bruselas a descartar que se esté estudiando un rescate a España o Italia.
Y es que el verano está resultando muy negativo para la deuda de la tercera y cuarta economía de la zona euro. En España, el tesoro tenía que pagar el 1 de julio un interés del 4,867%, frente al 6,27% actual. A Italia, por su parte, le costaba 4,867%. Hoy le cuesta un 6,116%. De acuerdo con el consenso de mercado, un país puede financiarse a un coste del 6% sin problemas durante un periodo de tiempo limitado. Los problemas surgen cuando esta exigencia se mantiene en el tiempo. Habrá que ver si en la subasta del jueves continúan los nervios.
Esta situación beneficia, por lo menos en términos financieros, a Alemania. Los títulos germanos son tomados como valor refugio en situaciones de turbulencias y esta ocasión no podía ser menos. Al bund se le exige un 2,4%, mínimo desde octubre de 2010 y cerca del suelo histórico del 2,1% que se conquistaron dos meses antes en pleno rescate a Irlanda. Una situación que sumado al incremento en los intereses de los países más castigados explica el repunte del diferencial.
La aprobación en la Cámara de Representantes del texto por el cual se ampliaba el techo de gasto norteamericano ha quedado relegado a un segundo plano y el rebote esperado en los mercados ha tornado en la perforación continúa del suelo bursátil. La desconfianza ante la débil recuperación estadounidense, y por ende de Europa, ha invadido de incertidumbre al ya de por si inestable mundo financiero. En lo que respecta a la renta variable, los grandes damnificados en Europa además de Madrid, que ayer vivió su mayor caída desde junio de 2010, son Milán que ha cedido un 2,53% y Fráncfort que ha perdido un 2,23%. Por detrás se sitúan París con un 1,8% de castigo y París que recula menos de un 1%.
En el mercado de divisas también se nota la presión. El euro cede posiciones aunque consigue retener los 1,42 dólares, luchando por intentar no caer más abajo. La crisis fiscal en la que esta inmersa la UE ha puesto en duda la supervivencia de la divisa comunitaria aunque la debilidad del dólar está permitiéndole mantener el tipo.
Los metales preciosos actúan como refugio
En una complicada jornada para la renta variable y la deuda, los activos refugio vuelven a ser los preferidos por los inversores. Así, la onza de oro, refugio por excelencia, suma terreno y cotiza ya a 1.640 dólares, lo que supone un ascenso del 1,35% respecto a ayer.Pero no es el único metal precioso que se convierte en salvavidas de los ahorradores. La plata también recupera posiciones y se cambia a 40,29 'billetes verdes'.